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Cuestión de prioridades

23 de Diciembre del 2018 - Cecilia Busto (Avilés)

Siento rabia e impotencia ante el reciente crimen cometido contra Laura Luelmo, quien acababa de empezar su labor como docente y que, desgraciadamente, no ha podido comenzar a disfrutar de su trabajo como se merecía. Siento repulsión y asco hacia la gente que maltrata física y psicológicamente a otros sin ningún tipo de empatía, y también hacia las leyes de nuestro país, las cuales, en mi opinión, deberían mejorar por el bien de la sociedad. Desafortunadamente, a día de hoy muchos agresores sexuales están libres gracias a nuestras obsoletas y caducas reglas. Y lo que más me duele es que haya muy poca actividad, por no decir que ninguna, con respecto a la mejora de estas.

Otro detalle que también me enfurece es que (desde mi punto de vista) se esté abogando por un lenguaje inclusivo con la finalidad de erradicar la desigualdad de género. Yo nunca me he mostrado de acuerdo con esta medida, como ya he expresado en cartas anteriores en las que hablaba sobre este tipo de lenguaje, y hoy me sigo manteniendo firme con respecto a esta idea. ¿Han podido los desdobles del estilo "los hombres y las mujeres", "los niños y las niñas", "todos y todas"... ayudar a todas esas mujeres asesinadas y maltratadas? ¿Han podido las arrobas, las x, el uso de la e... evitar más crímenes contra mujeres? ¿Han podido disminuir el número de casos de violencia machista los parlamentos en femenino? Como estudiante del Grado en Lengua Española y sus Literaturas y futura filóloga debo reincidir en la idea de que, cuando utilizamos expresiones como "todos los estudiantes", no estamos discriminando a nadie: la lengua tiene un uso neutro o no marcado, que, como su nombre indica, no hace referencia a un género o a otro de cualquier especie. Y habrá quien piense que, a raíz de los argumentos que acabo de exponer, usar el femenino es otra forma de lenguaje neutro o no marcado. En este caso he de discrepar, porque lo que cuenta aquí es la intención: a mi modo de ver, los colectivos utilizan esta forma femenina con el claro propósito de marcar a la mujer, no con el objetivo de establecer una igualdad y eliminar el sexismo lingüístico, como ellos creen, y con esto no quiero decir que no haya expresiones sexistas en el lenguaje, sino que estas expresiones sexistas no tienen ninguna relación con el uso del lenguaje neutro o no marcado.

Volviendo al tema que me gustaría tratar hoy aquí, quisiera aportar una percepción que, lamentablemente, pasa desapercibida a los ojos de muchas personas: creo firmemente que nuestra prioridad, para resolver las diferencias entre hombres y mujeres no está en establecer un lenguaje inclusivo, sino en movilizarse para cambiar nuestra educación y nuestras leyes. Si se quiere concienciar a un grupo de alumnos para prevenir la violencia dentro y fuera del ámbito escolar, lo más apropiado sería mostrar casos de mujeres maltratadas y trabajar con valores como la empatía para resolver estos problemas, u ofrecer voluntariados para colaborar contra estas situaciones. Personalmente, creo que la solución se encuentra en exponerse a la realidad, algo que no se está haciendo. Hablar en femenino no va a cambiar que los individuos de nuestra sociedad sean mucho más conscientes de la violencia; usar símbolos no va a evitar que más mujeres como Laura sean asesinadas por haber intentado defenderse de sus agresores; expresiones como "todos y todas" no van a impedir que las leyes decidan que todos esos monstruos sin piedad no vayan a prisión, y una mayor cantidad de manifestaciones, si no se toman medidas adicionales, tampoco va a ser suficiente para poner límites a todas estas atrocidades que salen a diario en los periódicos. Así que si alguna asociación se tropieza casualmente con este escrito, le pido que reflexione sobre lo que está defendiendo y si está procediendo del modo más adecuado: porque, sinceramente y como mujer, me siento insegura con las medidas que están fijando y con el creciente número de este tipo de actos.

Nelson Mandela decía que la educación era el arma más poderosa para cambiar el mundo, y estoy totalmente de acuerdo. Si ahora nos ponemos manos a la obra y cada uno aporta su granito de arena para luchar contra todo tipo de violencia y desigualdad, enfocándonos en los aspectos que realmente necesitan evolucionar, posiblemente mejore de forma notable nuestra sociedad. Sin embargo, opino que si continuamos como ahora, no progresaremos adecuadamente y seguiremos perdiendo tiempo con asuntos irrelevantes. Les invito a que piensen y reflexionen sobre ello.

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