La Nueva España » Cartas de los lectores » Tribuna » La Asturias perdida

La Asturias perdida

28 de Diciembre del 2018 - Ángel de la Fuente Martínez

Ha pasado algo más de un siglo de la publicación de “La aldea perdida” de Palacio Valdés, pero ahora ya no es la aldea lo que se ha perdido, es nuestra Asturias del alma la que sufre tal abandono que no hay quien la encuentre. Ni la industrialización, ni los nuevos tiempos, a veces bautizados como la posmodernidad, son la causa del olvido al que injustamente ha sido sometido el antiguo reino de Asturias. El libro de Juan de Lillo “Memorias del tiempo perdido (entre la corrupción y la crisis)”, publicado en 2015, aborda con argumentos de peso los últimos cuarenta años de esta comunidad autónoma. La lectura de este documento, que todos los asturianos debieran realizar, permite al lector identificar los deméritos de quienes han decidido estar al servicio de la cosa pública. Son estos una de las siete clases de españoles, tantas como los pecados capitales, que en palabras de Baroja se identifican con los que viven gracias a que los demás no saben, se llaman a sí mismos políticos y a veces hasta intelectuales. Los mediocres, negligentes, corruptos, caciques y algún chivato ahora seudodemenciado fueron los responsables de la perdición de esta tierra, a lo que hay que añadir el nulo peso que en Madrid tienen los dos grandes partidos, porque para sus direcciones nada o, en el mejor de los casos, poco importamos los asturianos. La consecuencia de ese desdén y la falta de políticos profesionales -abundan en todo el espectro político porque nada más hay que analizar los años que llevan viviendo de la política, ya que no tienen otra profesión que se les conozca- que no profesionales de la política es el letargo al que han sometido esta provincia, que debiera ser un referente histórico en el Estado. Ha llegado la hora de exigir a los políticos que antepongan el interés general, el nuestro, al interés de las siglas bajo las que militan, que en el caso de algunos las prostituyen continuamente a la vez que inoculan en sus votantes una buena dosis de escepticismo.

La indolencia de Asturias tiene su mejor exponente en las comunicaciones tanto por carretera como por ferrocarril, mar y aire. Hace unos días proponía a mis alumnos de tercero de la ESO una actividad centrada en las comunicaciones a partir de un hecho histórico en el que el protagonista fue el indiano salense Santos Menéndez, que viajó en 1899 desde La Habana a Santander. Una vez aquí, su destino fue Villazón (Salas). ¿Han mejorado desde entonces las comunicaciones en Asturias? Poco, porque seguimos igual, yendo a Santander a coger el ferry o el avión.

El ejemplo que clama al cielo es la variante de Pajares. La mañana del 19 de diciembre al llegar a la estación lo primero que vi fueron dos autobuses delante de la fachada principal para llevar hasta León a los pasajeros del Alvia que une Gijón con Barcelona. Otra vez Pajares había sido cerrado por el descarrilamiento de un convoy de mercancías entre Linares-Congostinas y Navidiello. Unos días antes el desprendimiento de una roca y la amenaza de acarrear la caída de otras de hasta quince toneladas nos dejó incomunicados. Esta liturgia es la que nos espera hasta la apertura de la Variante, que lleva en ejecución más de catorce años. ¿Hasta cuándo hay que soportar esta situación? Creo que ha llegado el momento de actuar. Me niego a admitir que se asuma la resignación como una de nuestras señas de identidad. El pueblo asturiano no debe consentir en el siglo XXI el insulto a su inteligencia, ni la soberbia, ni el desprecio. Espero que un día no tengamos que lamentar un accidente mortal en Pajares al que se responderá con un funeral de Estado en la catedral por la que desfilarán el monarca y consorte, el primer ministro, el presidente del Gobierno autonómico y resto de autoridades. Si esto ocurriese, me atrevo a profetizar que no dudarán en responder a los medios de comunicación con esa altanería y cinismo que tan bien les identifica porque entonces querrán limpiar su conciencia con la promesa de actuaciones inminentes, pero después del burro muerto, ya se sabe, la cebada al rabo.

La incompetencia política es tan evidente que hoy ningún asturiano sabe qué ancho de vía se va a colocar en la Variante porque ora se apuesta por el internacional, ora por las traviesas polivalentes, ora por el triple hilo, ora por un túnel con ancho internacional y otro ibérico. Por si fuera poco, los foristas amenazan con interponer una denuncia ante los tribunales sobre estas cuestiones. Se trata en suma de marear la perdiz porque la cabeza no da para más. La variante de Pajares tiene que permitir el paso de trenes de viajeros y de mercancías para facilitar la salida de la producción siderúrgica hacia la comunidad valenciana y la entrada en El Musel de mercancías procedentes de comunidades autónomas limítrofes. El economista Juan Velarde hace una década defendió el tráfico mixto por el nuevo trazado en su villa natal, Salas, en un acto académico organizado por el instituto de aquella localidad. ¿Por qué están ocurriendo estas cosas? Porque quienes ocupan las carteras de Fomento tanto a nivel nacional como autonómico no son las personas más idóneas, nada más hay que repasar las biografías y veremos que nos encontramos con alguno que ni posee título universitario o en caso de tenerlo nada tiene que ver con la gestión de los transportes. ¿Qué conocimientos puede tener una persona licenciada en Medicina y Cirugía, Economía o en Magisterio en materia de comunicaciones? Ninguno, pero sus carencias las suplen con una pléyade de asesores que pagamos los contribuyentes.

La rampa de Pajares se inauguró tras tres años de intensos trabajos el 15 de agosto de 1884 con la bendición del obispo Martínez Vigil y la presencia de Alfonso XII y la reina María Cristina. España era una monarquía constitucional que imitaba el bipartidismo inglés, el grado de industrialización era débil -incluso se habla de fracaso o de un país rezagado- y la tecnología en aquellos años no era puntera, pero esta infraestructura permitió viajar entre la villa de Jovellanos y Madrid en veintitrés horas. El desarrollo de nuestro país en estos cuarenta años ha sido enorme; sin embargo, es incapaz de rematar esta obra tan necesaria para una región en la que el envejecimiento de la población, los desequilibrios territoriales, la crisis del mundo rural cuyo despoblamiento no solo no ha cesado, sino que continúa, y la atomización de sus industrias son el resultado de la incomunicación histórica de nuestro territorio.

La complicada geología de la Cordillera sirve para justificar el retraso acumulado de la puesta en funcionamiento de esta infraestructura. Primero salió a colación lo que podía ser un túnel de lavado, luego el desplome de la ladera de Campomanes. ¿Alguien se lo cree? Hay que ser auténticos caraduras al escudarse en estos problemas para los cuales hay solución. Otra cuestión es querer y apostar por Asturias, pero el clientelismo político queda corroborado en la crónica “El aislamiento de Asturias pasa por Pajares”, publicada en el diario “El País” el 1 de abril de 1988: “Los socialistas asturianos, que prefieren la realización de una nueva vía a través de la cornisa cantábrica, que tampoco prevé el PTF, lograron evitar en el Parlamento autónomo, con el apoyo de Izquierda Unida -que tiene firmado un pacto en Asturias con el PSOE-, tener que presionar al Gobierno central sobre la variante de Pajares”. El periodista Juan de Lillo en las páginas 105-106 del precitado libro escribe. “Y no es broma que reiteradamente los diputados socialistas asturianos elegidos por sus conciudadanos para que defendieran sus intereses votaran contra el proyecto de la variante ferroviaria de Pajares, obra imprescindible para el movimiento de viajeros y mercancías desde y hacia Asturias, para sustituir con ventaja a la envejecida línea que acaba de cumplir 130 años, con un trazado lento y difícil, y cincuenta y nueve túneles con una edad que convierte a muchos de ellos en un riesgo para la seguridad”. Sin comentarios.

Asturias necesita como agua de mayo disponer de una salida ferroviaria digna hacia la Meseta, pero aún queda mucho por hacer en las cercanías cuya ralentización sine die obedece a una poderosa mano que mece muy bien la cuna del transporte en pro de sus inconfesables intereses. Reflexionemos y actuemos en consecuencia el 26 de mayo de 2019.

Cartas

Número de cartas: 44966

Número de cartas en Marzo: 181

Tribunas

Número de tribunas: 2031

Número de tribunas en Marzo: 7

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador