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La última del feminismo retrogrado

4 de Enero del 2019 - José Viñas García (Oviedo)

Pretenden que a las mujeres que denunciaron a su pareja les permitan una especie de licencia de arma sin gatillo (un perro escolta) y poder entrar con él a hoteles, restaurantes, centros comerciales, etc. Una prerrogativa y un salvoconducto de posesión de arma con dientes, pezuñas afiladas y sin punto de mira.

No sé si ustedes se enteran de algo, el llevar un arma, sea un perro asesino, una pistola o una catana, no les hará más libres y seguras. Es más, serán esclavas de sus propios miedos, se sentirán perseguidas por su propia sombra. En todos los casos, la mejor manera de sentirse mínimamente segura es tener la conciencia tranquila. Si usted denunció a un energúmeno que la maltrataba, la mayoría de ellos entenderán su culpabilidad y las dejarán tranquilas. Solo una minoría buscará esa venganza que ustedes temen, la justicia y la policía serán los encargados de portar el arma que serene a ese tipo de individuo. No ustedes, que poco pueden hacer si el sujeto es tan peligroso.

La vida es más complicada que la simpleza con que la reflexionan muchas mentes. En tiempos de nuestros abuelos, las parejas cortejaban años, tenía una razón de ser, no se conoce a una persona por tres o seis meses de cortejo, luego nos encontramos con sorpresas, “nos salió rana y además venenosa”.

La educación es esencial, no permitir que a nuestros hijos les maltraten o que ellos maltraten a otros niños jamás. En el colegio, a los profesores deben restituirles el poder que de nuevo estas feministas atrasadas y desintegradoras de la sociedad les despojaron en una ley del menor donde los colman de derechos y de ningún deber para con padres, mayores y profesores. No pueden ni profesores, ni mayores, tampoco padres, corregirles adecuadamente, les denunciarían por acoso y maltrato ¿ven el daño que hicieron a estas generaciones que ahora se comportan como acosadores, violadores y asesinos de mujeres? El niño debe ir enderechándose desde pequeño, si sale torcido desde la base porque ni padres ni profesores pueden castigarles ¡luego enderéchenlos ustedes de mayores: feministas rancias y regresivas!

Todo es maltrato y derechos para las feministas de nuevo cuño, no midieron las consecuencias, ahora las estamos pagamos todos. Darle un cachete a un niño a tiempo no es maltrato, retirarle la tablet y el móvil de la mesa a la hora de comer, no es maltrato, fiscalizarle internet, donde dejarles a su libre albedrío les ahuecará su mente tan simplona cómo la de su papá y mamá, no darles todos los caprichos, exigirles obligaciones desde niños, etc. todo eso redundará en unos hombres de mañana que respetarán a la mujer y a los demás.

¡Mujeres! No culpen solo a los hombres, ese patriarcado y machismo al que apelan tanto no es del todo correcto, ustedes llevan muchos años formando parte esencial de la educación de sus hijos (niños y niñas) cómo padres, pero también como profesores, ya que más del 70% del profesorado son mujeres en esas edades primordiales para la formación en valores y respeto, lo cual ¡ya les vale! de sentirse víctimas de su propia frustración como educadoras; los hijos varones convertidos después en energúmenos son su particular cosecha.

José Viñas García, Villamiana, Oviedo

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