Esto no es calidad de vida
Estimado señor Lastra, consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente:
Llevo tiempo pensando en escribirle una carta y hoy ha llegado el momento de ponerme a ello.
Como asturiana, confío en que el Gobierno al que los ciudadanos votamos, defienda nuestros intereses. Todos, señor Consejero, tanto los económicos, como los medioambientales, como los de salud. Todos estos son nuestros derechos.
Yo esperaba que, ante un problema del alcance del medioambiental en Asturias, ustedes iban a tomar medidas, especialmente confiaba en ello tras el cambio de la titularidad en su Consejería. Confiaba en que se pusieran de parte del electorado. Y resulta que no ha sido así. Al menos yo no lo veo así, por lo que pienso que llega el momento de escribirle esta carta.
Quiero creer que el que ustedes hagan esto, que oculten la realidad día tras día, que en el mejor de los casos muestren pasividad y que en el peor intenten confundirnos y ocultar la realidad de esta manera reside en que no conocen la situación de los vecinos, porque si la conociesen no serían capaces de no hacer nada o incluso de negar los datos alarmantes.
Así que hoy voy a contarle una pequeña parte de la vida cotidiana de muchos asturianos. Voy a intentar transmitir su día a día.
En la comunidad autónoma en la que usted es consejero, muchos vecinos tienen que regar alrededor de sus casas o limpiar sus ventanas y cristales porque todas las mañanas, repito todas las mañanas, amanecen sus alrededores, sus fachadas, sus ventanas llenas de partículas. Y no basta con regar/limpiar hoy, es que mañana hay que volver a regar/limpiar, y pasado y el resto de días, si quieres que sea medianamente habitable. Y esto, señor consejero, yo creo que no es calidad de vida, que no es lo que la mayoría de nosotros entendemos por “normal”; no es lo que esperamos que permitan los miembros de nuestros gobiernos.
No se puede cultivar un huerto porque las hortalizas, las verduras, las frutas están totalmente cubiertas de partículas que no se van cuando se lavan. Y esto, señor consejero, yo creo que no es calidad de vida, que no es lo que la mayoría de nosotros entendemos por “normal”; no es lo que esperamos que permitan los miembros de nuestros gobiernos.
No se puede tender la ropa al aire libre, porque si la dejas unas horas, se cubre de partículas. Y esto, señor consejero, yo creo que no es calidad de vida, que no es lo que la mayoría de nosotros entendemos por “normal”; no es lo que esperamos que permitan los miembros de nuestros gobiernos.
Si tienes que dejar tu coche aparcado en el exterior sabes que su color poco a poco va mutando al color rojizo de los coches aparcados en la zona, al color rojizo de las casas de la zona, al color rojizo de las farolas de la zona, al color rojizo de las señales de la zona, al color rojizo de los caminos de la zona, al color rojizo de las vallas de la zona, al color rojizo de los prados y parques de la zona. Y esto, señor consejero, yo creo que no es calidad de vida, que no es lo que la mayoría de nosotros entendemos por “normal”; no es lo que esperamos que permitan los miembros de nuestros gobiernos.
Los padres de los niños si salen al parque o a los prados a jugar tienen que contar que la ropa hay que quitarla al entrar en casa y lavarla, y si salen varias veces, hay que hacerlo las veces que sea necesario, señor consejero, y esto no basta con hacerlo hoy, hay que hacerlo mañana y pasado y el resto de días. Y lo que más nos inquieta, señor consejero, es que mientras les quitamos la ropa y vemos el estado en el que está, se piensa en cómo estarán sus pulmones y los nuestros, se piensa en cómo afectarán todas esas partículas a su desarrollo y en qué partes de su cuerpo se estarán depositando. Y esto, señor consejero, yo creo que no es calidad de vida, que no es lo que la mayoría de nosotros entendemos por “normal”; no es lo que esperamos que permitan los miembros de nuestros gobiernos.
En una estación móvil instalada por una Administración Local se registran valores que nada tienen que ver con los que se recogen en las unidades de la red oficial día tras día, y ustedes se niegan a reconocer sus datos y desde luego no llegan ni a intuir que quizás hay que pensar en una reubicación de estaciones en puntos que muestren la realidad. Esto, señor consejero, yo creo que no es calidad de vida, que no es lo que la mayoría de nosotros entendemos por “normal”; no es lo que esperamos que permitan los miembros de nuestros gobiernos.
Y después de este día a día, encontramos en los medios de comunicación declaraciones del equipo de esa Consejería de que ustedes:
-No ven «particularmente preocupante» el nivel de contaminación,
-De la importancia de que los ciudadanos tengan en cuenta datos oficiales y rigurosos, y no opiniones.
-De que la situación de contaminación «no es particularmente extrema ni preocupante» en el Principado de Asturias, donde seguirá activo el nivel 0.
-De que los datos oficiales sobre contaminación en el Principado de Asturias, no apuntan a una situación «de extrema gravedad o preocupación».
-De que debido a la inversión térmica el gobierno autonómico sigue pendiente y está poniendo en marcha medidas por la falta de dispersión de partículas.
¿Va a depender la calidad de vida de los asturianos de que haya o no inversión térmica? ¿O es que cuándo hay inversión térmica es más fácil ocultar la realidad?
Esto, señor consejero, yo creo que no es calidad de vida, que no es lo que la mayoría de nosotros entendemos por “normal”; no es lo que esperamos que permitan los miembros de nuestros gobiernos.
Ángela Menéndez González
Veriña, Gijón
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo