Moncloa y el viaje a Castellón
El martes, mientras me comía una hamburguesa de caballo viejo, con etiqueta de "ternera pura de la montaña astur", el Gobierno, en plena exaltación etílica, feliz, entre cánticos de alegría y lágrimas de emoción, tras el subidón de la Marcha Radetzky, en el concierto de Año Nuevo, informaba a la ciudadanía que el coste "aproximado" de la visita del presidente Pedro Sánchez a Castellón había sido de tan sólo 282,92 euros. Se refiere, claro, a los gastos de protocolo; el principal es un "secreto oficial", que se niegan con tozudez, a desvelar.
Procede un poco de luz a tan desconcertante y perturbador misterio de Moncloa, en modo ahorro.
Veo razonable, justo y proporcionado tal dispendio a costa de las arcas públicas, o más concretamente, a costa de todos los ciudadanos. Doscientos ochenta y dos euros bien administrados, dan para mucho.
Calculando grosso modo, los cinco mil y pico euros/hora del Falcon, su esposa, tripulación, piloto, asesores, asistentes, fotógrafo, catering, el helicóptero Puma hasta Benicasim, los coches oficiales, la perrita “Turca” (ignoro si también su consorte canino), concierto de “The Killers”, alojamiento y demás... ¿el cargo a la ciudadanía es sólo de 282,92 euros?
Me dije: ¡Santo cielo, en Moncloa hay vida inteligente! Hasta que reparé en el abusivo, insultante y antiestético detalle de los 92 céntimos. ¿A qué viene este recochineo gratuito? Confieso haber visto cefalópodos en reposo, y amebas con minusvalía, mucho más inteligentes que los asesores que le asesoran.
Porque a ver, sr. Presidente, ¿qué le hemos hecho para que trate así (a fuerza de purgas, desprecios y exorcismos) a sus dilectos súbditos? ¿Acaso no le hemos dejado en paz con su tesis fantasma, el viaje "oficial" a la boda de su cuñado, el pacto secreto de 21 puntos, con su colega el garrulo fascista Torra, su promesa de convocar elecciones, Franco y la Almudena, no subir los impuestos a la clase media, subírselos a los ricos, a los bancos, a las multinacionales, y un largo etcétera de despiporres, como deferencia a su persona, y al cargo que ocupa? Incluso le hemos votado como el "político mejor valorado" en el último CIS del profesor Tezanos.
Y Ud., para quien es "secreto oficial" todo lo que no quiere que se sepa, nos lo agradece restregándonos por la cara que ese maravilloso “happy week end” en Castellón nos salió por un importe "aproximado" de tan solo 282,92.
Ni respeto, ni cortesía, en su proceder, sr. Presidente. Pero ojo, de tanta desvergüenza, de tan meticulosa humillación, ésta y otras, no se sale impune. Al tiempo.
Sr. Sánchez, muchos, cuando formó el primer Gobierno, dejamos de rezar, haciendo cuestión de fe, creer en Ud. y sus promesas (necesidad obliga), obviando el aviso de Chesterton: "El problema de dejar de creer en Dios es que se empieza a creer en cualquier cosa". De aquellos vientos, estas tempestades.
"La cortesía y el respeto no son más que formas supremas de la inteligencia". Profesor Tejerina, D. José Luis, dixit.
Saludos cordiales
Rufo Costales
Oviedo
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