La Manada
Entre la “progresía” es típico defender que la prisión tiene como fin primordial rehabilitar al delincuente, mientras que lo evidente es que con la prisión lo primero que se consigue es que el delincuente no continúe delinquiendo, y yo que soy “retrógrado” estimo que lo siguiente es que pague su deuda con la sociedad, a continuación que su experiencia carcelaria le aconseje no seguir delinquiendo cuando cumpla su condena y finalmente que sirva de ejemplo a quienes en la calle pretendan imitarle. Es posible y casos hay que la acción conjunta de las citadas consiga la rehabilitación, pero, si la progresía tiene razón y el fin principal de la prisión fuera la que defiende, cuál es la razón de que los cuatro de “la Manada” sigan en la calle. ¿Por qué no los rehabilitan ya? Necesidades tienen, pues son ejemplo de que si dejan de delinquir es por temor a ser descubiertos y no por falta de pulsión delictiva ya que son reincidentes antes y después de Pamplona. Materia para rehabilitar tienen. A mi juicio error parecido se comete cuando a un terrorista para aplicarle beneficios penitenciarios se le exige arrepentimiento. ¿Cómo se confirma que es sincero? La discrepancia entre el pensamiento y la palabra, tan común en el género humano, no es fácilmente detectable. El único arrepentimiento válido es el que se produce antes de realizar el hecho, abortándolo. El que se produce después de realizar el hecho no sirve para nada, tal vez para consolar su conciencia, si la tiene.
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