Apaleamientos y asesinatos en Nicaragua
Creo que en dos o tres ocasiones, en el reciente intercambio epistolar con el señor Arjona en esta misma sección y periódico, le pedí opinión sobre quien estaría ahora destruyendo Nicaragua, después de haberla destruido, según él, el "criminal Bush". Jamás me contestó hasta ahora, que lo hace de forma indirecta en su escrito bajo el encabezado "Cipriani".
Me sorprendió que hombre bien informado e instruido además de valiente, pues valiente ha de ser quien después de recibir una paliza de manos de la "policía de Cascos", al día siguiente pronuncia un brillante discurso en el mismo lugar, no se haya atrevido (es mi interpretación) a denunciar que era Doña Rosario Murillo, sobrina-nieta del general Cesar Augusto Sandino, sandinista desde la primera época, vicepresidenta y esposa del presidente sandinista Don Daniel Ortega, la que reconvertida súbitamente en "ultraderechista, próxima al fascismo", quien destruye a Nicaragua con apaleamientos y asesinatos diarios. Con lo fácil que lo tenía, no lo dijo hasta ahora y aun así, indirectamente, pero mira tú por donde la culpa es de Bolsonaro y Cipriani, aunque ella siga siendo sandinista "pata negra". Quizás le ocurra lo que al banderillero que llegó a gobernador y cuando le preguntaron a su maestro como era posible, contestó, "degenerando".
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