Veganos desconsolados
Viendo en la televisión el Telediario me quedé de una piedra observando a los veganos suplicar a los camioneros que detuvieran su camión para despedirse de los animales que transportan al matadero, para acariciarles, darles agua y ánimo en su último viaje de la vida, y diciendo que así iban más tranquilos a la muerte dándoles consuelo.
A primera vista, el gesto parece loable, pero no deja de ser sorprendente, pues la gente tiene que comer y hay un ciclo de prevalencia en el orden animal y biológico desde los primeros tiempos para sobrevivir, y no se pueden equiparar a los valores humanos por muchas vueltas que se dé al orden natural.
¿Por qué no van a la selva y se despiden de la gacela o del cervatillo cuando el león y la serpiente se los comen o, mejor, se los quitan de las fauces? Lo pueden grabar y luego subirlo a los medios, sería acto más heroico, arriesgado y con mucho más gancho social.
Esa pobre gente compungida, acariciando los animales por última vez, me pareció de una excentricidad suprema y me preguntaba mientras lloraban y se compungían por sus hermanos los animales ¿qué tal estarían sus familiares atendidos, padres, hermanos y abuelos? ¿Bien? ¿Olvidados? ¿Serían capaces de atender a su familia de la misma forma y con tanta pasión? Lloraban por aquellos pobres animales camino de la muerte segura, que de no ser así ni existirían, y el tiempo que vivieron fueron muy bien alimentados y atendidos.
Estamos viviendo en una sociedad donde la gente se ha vuelto muy confusa, ha perdido el sentido lógico de las cosas, la correlación de hechos, el valor relativo entre humano y animales; es decir, un confusionismo donde se han perdido los sentidos y crecido la idiotez y la imagen de lo esperpéntico, así como suena.
Leo en un periódico que los veganos han hecho unas morcillas con sangre humana para criticar la muerte de los animales; que se enteren, que no son iguales y se les pueda poner en el mismo plano o ¿nos hemos vuelto locos? Y lo peor es que esta gente circula por la calle como profetas defendiendo un animalismo superior al humanismo y se quedan tan panchos, y a veces lo hacen de forma agresiva y violenta. ¿No sería mejor que se dedicaran a ayudar a los inmigrantes con la misma vehemencia?
Soy amigo de los animales, nací, me crié entre ellos y soy gran cuidador y protector, pero hay que vivir del campo para saber lo que es el sustento del labrador y de las personas humanas en el mundo. ¿Qué pasaría si todo el mundo fuera vegano? No le dejaríamos ni hierba a las vacas. Y les digo más, no sería capaz de ir a despedirlos al matadero porque la pena no la soportaría, y he visto a muchos labradores y ganaderos llorar cuando sus animales criados por ellos salen de su establo para el sacrificio, y tampoco lo anuncian a bombo y platillo; así que, por favor, no sean tan sensacionalistas, ayuden a los emigrantes con niños, que son humanos y también necesitan de su hermoso tiempo y cariño. Su idea es muy loable con el maltrato animal, pero de ahí a estos gestos sensacionalistas hay un abismo y cuando menos chocan, pero mucho, con el sentido común y natural de las cosas, del devenir de la vida social y de la humanidad.
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