Forrado espero, al tonto que más quiero
Mi desorden biorrítmico de fin de semana, me produce una insoportable pereza interior, que deriva en una depresión incapacitante para leer algo con cierta lógica y sentido, así que, más perdido que Echenique en una reunión de gente feliz, mientras trasteaba con algún que otro libro, fui a dar (otra vez) con el opúsculo satírico de Carlo Maria Cipolla: "Leyes fundamentales de la estupidez humana".
Dejo entonces de soñar con vaquinas marrones, esas que producen directamente (según creen los ilusos y desengañados votantes de Podemos), los batidos de cacao, y le dedico un poco de atención.
Releo y pienso en personajes de la actualidad, que se corresponden exactamente con ese perfil. Por ejemplo, la regla nº 4 dice: "Los no estúpidos siempre infravaloran el poder dañino de los estúpidos. Tratar o asociarse con estúpidos, siempre suele ser un error costoso". ¿Quién de los Abascal/Casado, Sánchez/Iglesias, Torra/Sánchez, Rivera/Sánchez, Casado/Rivera.... saldrá trasquilado?
Aunque en estas "sociedades", el denominador común es Sánchez, en modo alguno pienso que sea estúpido. Al contrario, él, como la mayoría de los políticos patrios, se ajusta con nitidez a lo que dijo Frédérlc Bastiat hace dos siglos: «El Estado es la gran ficción a través de la cual, todo el mundo trata de vivir a costa de todos los demás».
Una minoría de aviesos tunantes, políticos-ladilla, lo entiende y lo aplica full time (cosa de genios), en su propio beneficio; mientras, los demás nos entretenemos discutiendo sobre el sexo de los ángeles.
¿Son estúpidos, acaso? Los políticos, al menos los españoles actuales, no, por supuesto. Son lelos competitivos, pero no llegan a estúpidos vitalicios, eso no.
Y como muestra un botón (con chepa y pelo largo).
A ver si va a ser estúpido un homúnculo que hace 4 años tenía una motocicleta; vivía en Vallecas, en un piso de su madre (y antes, de su abuela); titular interino a tiempo parcial en la Complutense... Y en solo ¡cuatro años! ha conseguido un puesto de diputado (con otra reelección, jubilación garantizada), no paga impuestos, se ha gastado 600.000 euros en un casoplón con piscina, vigilado y protegido las 24 horas, por su "querida" Guardia Civil; ha colocado a sus churris (la oficial y la ex) en el Congreso, y vacila, encima, al personal diciendo: "Hay una frase que usan los sectores más gamberros del movimiento feminista, y es que los hombres feministas follan mejor, y me encanta". Uffff... sufro desprogramación mental, y no sé cómo tomármelo.
Dicho con cariño, pero ya sin amor, pienso que este tipo es sexualmente hipoactivo, un acomplejado por defecto, o por exceso, a saber. Lo que resulta evidente es la fijación intemporal de este tirano falócrata, por el sexo y la guillotina. ¿Estarán relacionados? Si así fuera, solo se me ocurre una combinación posible, letal y dolorosa, que por supuesto, no le deseo a nadie.
Una serie de ventajas más, que sería largo y prolijo de enumerar, hacen de ese personaje un digno representante de la "casta", tan denostada por él, en sus inicios.
¿Es estúpido? No, no lo es. Es comprensible que los cambios andaluces le hayan producido un grano en el tafanario, complicado con un Voxtipado de aúpa, pero, ojo, no es estúpido. Es un oportunista más, un claro ejemplo de cómo una banda de timadores, viven a costa de sus votantes, mientras éstos, los timados, les hacen la ola en esta gran ficción, que es el Estado.
¿Recuerdan cuando Rocío Jurado, allá por el 2001, estrenaba la canción "Ese hombre"? Sánchez tenía 29 años, Iglesias, 23, y como no sabemos quién era el hombre misterioso, destinatario de tan rotundo éxito de "la más grande", podemos jugar a asignársela a alguno de nuestros políticos. Seguro que no les cuesta ponerle nombre al "hombre":
Ese hombre que tú ves ahí/ que parece tan galante/ tan atento y arrogante/
lo conozco como a mi./ Es un gran necio/un estúpido, engreído/ egoísta y caprichoso/ un payaso vanidoso,/ inconsciente y presumido,/ falso, enano, rencoroso,/ que no tiene corazón/ Es un gran necio..../.
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