En mayo se tiene que terminar la fiesta
Afortunadamente, todo llega y todo pasa, y en esto de la gobernabilidad del concejo de Oviedo, no podía ser una excepción. Han llegado los desahuciados de "la Madreña", con la anuencia de los socialistas y la de un grupo minúsculo de la izquierda comunista (hoy ya en evidente descomposición) liderados por un nefasto sempiterno edil, hoy encargado de terminar, con los festejos y las romerías.
Se puede entender, desde una óptica anti-carbayona, y anticapitalina, que muchos se hayan alegrado, de que "los madreñeros" hayan tomado las instituciones municipales ovetenses, plagadas de tanto "señorito", y de tanta burguesía oligárquica. Así es, que desde muchos concejos afines, se hayan frotado las manos, al ver, como desde 1934, Oviedo, la ciudad Invicta, Leal y Heroica, sucumbía con la democracia, a la izquierda radical y sectaria. Pero, todo pasa, y la alegría de quienes, eso desearon (por cierto, para ellos, sus concejos y ayuntamientos por supuesto que no) que ocurriera en la capital del Principado, tiene los meses contados.
No se puede negar, porque es una evidencia palpable, que esta vez, a diferencia de aquel octubre negro, que arraso literalmente la ciudad, hoy los efectos han sido otros, que si no fuera por la ausencia de víctimas, afirmaría sin dudarlo, que fue, mucho más dañino. Ha sido el periodo más infausto, de la vida, cultural, social y política de Oviedo, pues han intentado -y en parte lo han logrado- cortar de raíz, cualquier identidad carbayona. Han sacado a los ovetenses, del concierto nacional e internacional. Han cambiado todos los signos históricos, que han forjado, no solo una cultura, si no, una forma de ser de todos los ovetenses. Han manipulado la historia y manchado el buen nombre de la ciudad, por puro placer ideológico-revanchista. Han eliminado los personajes, que de una forma u otra, han hecho historia, y se han merecido un reconocimiento público, ya por las autoridades, ya por los particulares. ¿Y qué decir, de nuestros galardones, que nos han dado renombre universal, que no sea el del intento de hacerlos desaparecer, a fuerza de dar una imagen de incultura y de desprecio, por parte de las mismas autoridades municipales?.
Han vuelto arrasar la ciudad. Y lo han hecho de la forma más cínica, tramposa y mentirosa, que solo se puede entender, desde ese "odio de clases", que han inculcado desde esos círculos de opresión, que han servido para meter en ellos, a todas las asociaciones de vecinos; a los centros sociales; A las sociedades de festejos; y hasta los club deportivos, donde no se escapa ni el Real Oviedo. Todo, bajo un lema; "democracia", donde se guardaron mucho de denominarla, como lo que es "popular". Y desde ese populismo demagógico, al estilo de la Alemania del socialista Erich Honecker, intentar, no que no haya pobres, si no que no haya ricos, con una persecución ideológico-marxista, a todo lo que huela a iniciativa privada, y llenar hasta el ahogo económico y social, las competencias municipales.
Así es, que al día de hoy, han convertido el Ayuntamiento, en otra "Madreña", cercenando el progreso económico y comercial. Ahogando el turismo, y paralizando las licencias de construcción, generadoras de empleo. Enfrascados en pleitos ruinosos, solo por el prurito de buscar culpables a toda costa y pagan sentencias y sus costas, a cargo de todos los carbayones sin escrúpulo alguno. Han enfrentado al funcionariado, a los cuerpos de seguridad, bomberos y policía, negándoles a los primeros, el reconocimiento, de la labor, que más allá del deber, llevo a uno de los suyos, a sacrificar su vida, máxime cuando cualquier voluntario de cualquier ONG, de estas subsidiadas, tienen un seguro de accidentes, un bombero, parece que no goza de él, ni tampoco del reconocimiento, de las autoridades municipales, a los mismos efectos.
Pero todo pasara. ¡Claro que pasara!. Mayo es el mes en el que este tripartito, volverá al lugar de donde nunca debió de salir... Y no era de Oviedo precisamente, pues ninguno lo es. Cesarán los aplausos y las alegrías sibilinas, de quienes querían ver a Oviedo pasar por el cedazo de lo que no quieren para sus concejos. Pero esta alegría antinatural se tornara en una realidad cuando se dé cuenta Rivi de que sí pasaremos, con Cabalgata o sin ella, en caballo o en burro.
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