Los Presupuestos 2019
El Gobierno del señor Sánchez acaba de dar de paso con varios meses de retraso los Presupuestos Generales del Estado 2019 para presentarlos a debate en el Parlamento. El señor presidente y alguna de sus ministras nos explicaban a través de los medios de comunicación que eran unos Presupuestos muy positivos porque ponían fin a la etapa de recortes impuesta por el Gobierno del señor Rajoy.
Uno, que cree ir sabiendo ya más por viejo que por diablo y que desencantado de la política desde hace años por haber pasado ya el sarampión de la misma lleva legislaturas quedándose en casa en día de elecciones, por no querer colaborar en lo que considera hacer de tonto útil de ciertos intereses, queda asombrado con la habilidad que los políticos tienen para vendernos la burra coja disfrazada de caballo de carreras con tal de conseguir un puñado de votos si los votantes estamos dispuestos a creernos todo cuanto nos cuentan.
En mayo de 2010, el entonces presidente señor Zapatero fue llamado al orden por la UE por tener el porcentaje de déficit de las cuentas estatales en niveles que amenazaban con llevarnos al país a la quiebra económica. A su regreso publicó un real decreto en el que congelaba las pensiones para el año siguiente, 2011. Ese año hubo elecciones y las perdió, pasando a ocupar la Presidencia del Gobierno el señor Rajoy. Como este señor, según parece y decían, se vio obligado a cumplir con todo lo que al señor Zapatero le había exigido la UE, pues cargó con el sambenito de ser el presidente de los recortes, recortes que en el caso de los pensionistas nos hicieron perder poder adquisitivo año tras año, a la par que copago farmacéutico y algunas cosas más.
Yo no sé si es que el señor Rajoy y los ministros de su Gobierno eran tan malos como ahora se nos cuenta y nos querían fastidiar a los españoles o cuál era el motivo para hacer lo que hicieron, pero lo cierto es que ahora, a mi entender, llegó al Gobierno por la puerta trasera un señor al que nadie habíamos elegido y, de buenas a primeras, viene poco menos que a decirnos que todo lo que el anterior Gobierno hizo en materia de recortes no sirvió para nada, ni tampoco era necesario. Según viene a darnos a entender, este país tiene recursos para ponernos a vivir en la mismísima Jauja, sólo faltaba que él llegara a la Moncloa y asunto resuelto. Nuestras pensiones vuelven a subir según el IPC, el salario mínimo interprofesional (SMI) se eleva en porcentajes desconocidos, ni imaginables hasta ahora; y si los españoles confiamos en él y le dejamos seguir cumpliendo sus propósitos, uno llega a la conclusión de que pronto seremos la envidia del resto de la UE. Pero, claro, falta que sus Presupuestos salgan adelante en nuestro Parlamento, y que luego la UE se deje y se quede quieta. No sé por qué será, pero me temo que todo esto es una nueva versión del cuento de la lechera, y cuando se nos rompa el cántaro, no quiero pensar en lo que nos pueda pasar. ¡Ojalá me equivoque!
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