Cristo nos une
Del 18 al 25 de enero celebra la Iglesia Católica el Octavario por la unidad de los cristianos.
El 25 de enero termina, este Octavario, con la celebración de la conversión de San Pablo.
Esto días son especialmente importantes para que recemos intensamente por esta intención qué afecta a tantos cristianos del mundo entero. Ciertamente parece un sinsentido que todos los que creemos en Cristo no estemos unidos en una misma fe; y andemos dispersos y divididos, y en ocasiones incluso enfrentados.
Es triste esta realidad pero no parece que por ahora haya una solución que haga posible el milagro.
Ya Jesucristo pide por esta realidad, y estos textos aparecen con viveza en el Evangelio.
Ya también entre los primeros cristianos aparecen los primeros amagos de división.
Las personas, el ser humano, con facilidad complica lo que en teoría debería de ser sencillo. Nada es fácil por desgracia en este mundo nuestro, ni la unidad de los cristianos, ni la de las familias, ni la de los miembros de una comunidad; y ya, en el extremo de lo incomprensible, ni tan siquiera la de los esposos. Esposos que Dios une pero que, con la fugacidad de lo más transitorio, unos y otros nos encargamos de separar.
La paz, en muchas ocasiones, podríamos decir que casi siempre, es consecuencia de la unidad. En un pueblo o en una nación que no haya unidad es muy posible que haya desunión y violencia. Estar divididos casi siempre es signo de muerte.
Había un eslogan hace unos años que decía que la unión hace la fuerza. La prosperidad, la eficacia, la grandeza, los frutos de una misión dependen de la unión. La unión fortalece y enriquece. La división destruye y aniquila.
Pidamos con fuerza a Dios Nuestro Señor, en estos días, por esta realidad tan tremendamente importante. Los cristianos tenemos que dar ejemplo, pues somos sal y luz, somos discípulos del Padre de la unidad y de la paz, somos unos en Cristo Jesús.
Y para terminar un dicho que fortalece esta idea importante: "El pueblo unido jamás será vencido". Si estamos unidos, el amor vencerá y alcanzaremos con dicha toda la plenitud de la felicidad.
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