Siria se recupera de las heridas de la guerra
Según datos de la ONU, la guerra en Siria ha cobrado la vida de más de 400.000 personas y destruido la mayor parte de sus infraestructuras.
La invasión extranjera tomó proporciones que transcendieron el ámbito local, para convertirse en uno de los problemas más acuciantes de nuestro tiempo.
Cinco millones de sirios salieron del país refugiándose principalmente en Turquía, Jordania y algunos países europeos huyendo de la guerra, y pese al desastre humano y material, el pueblo sirio no se doblegó ante la exigencia de destituir al presidente electo Bashar al Assad, quien con el apoyo de su pueblo, el ejército, la intervención de Rusia y el apoyo de Irán y las milicias libanesas de Hezbollah, ha sido capaz de liberar la ya casi totalidad de su territorio, enfrentado el terrorismo nacional e internacional de Al Qaeda y otros grupos islamistas financiados por EE.UU y otros países occidentales que una vez más no dudaron en utilizar las viejas mentiras de "armas químicas" tal y como ya pasara en la guerra de Irak. En la actualidad.
Siria ofrece grandes perspectivas de recuperación económica, basada fundamentalmente en la agricultura, el petróleo y el turismo.
A día de hoy, medio millón de sirios han retornado a su país y colaboran en la reconstrucción del mismo. En ese marco de reconstrucción nacional, Siria necesita de la inversión extranjera, inversión que EE.UU boicotea influyendo en la ONU para negar una ayuda económica. Rusia por el contrario ha firmado un plan concreto de cooperación en el campo de la agricultura, la industria, el comercio, el transporte y las comunicaciones, pilares básicos para recuperar los servicios a los ciudadanos. A tal fin, ha suscrito una hoja de ruta de tres años para la acción industrial y la rehabilitación de viviendas. Sin embargo Siria necesita al menos 10 años-se calcula-, para recuperar la situación anterior a la guerra y garantizar el total retorno de los refugiados.
Toda la trama contra Siria, se viene abajo y la victoria total que ya se toca con las manos, es la clave para alcanzar la paz, la recuperación económica y los servicios destruidos por el terrorismo internacional.
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