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La última al señor Arjona

19 de Enero del 2019 - ANTONIO COROSTOLA FERNANDEZ (Avilés)

Es cierto que he anunciado en dos ocasiones el final del diálogo epistolar, que no controversia, con el señor Arjona, pues no he tenido ninguna controversia con él solo le he solicitado su opinión sobre algunos asuntos concretos que es palmario ha decidido no facilitarme, es su derecho, pero no lo es adjetivarme, a mi juicio, de manera no procedente, pues es absolutamente falso que yo haya defendido en alguno de mis escritos al "criminal Bush". En este caso el adjetivo criminal es propiedad intelectual del señor Arjona. Atribuirme ideas que yo no he manifestado, párrafos que no he escrito o adjetivos que no se corresponden con mi actitud, son la razón de la permanencia de este carteo.

Con el objetivo de aclarar el contenido de los párrafos del último escrito en el que me alude, como casi siempre alrededor del "criminal Bush", los comento uno por uno:

1—Que entiende usted por "añadidos enrevesados" y cuáles son las autocontradicciones que observa en mis escritos. No niego que las haya, pero le agradezco me las señale para autocorregirme en vez de autocontradecirme.

2—En ningún caso le he solicitado explicaciones de nada, faltaría más, pues respeto, comparta o no, sus ideas. Lo que si le he pedido es su opinión sobre algunas cuestiones en las que observo que usted es experto y yo ignorante. Nunca me la facilito, en román paladino, siempre se fue por las ramas.

3—En mi último escrito por ahora, no ejerza usted de adivino, aunque si se publica este, habrá acertado, no estimo para nada que no diga la verdad, lo que sugiero es que desde la mesa probablemente no escuchó con claridad a causa del ruido generado por el mucho público asistente. Lo que digo es que mi amigo, presente entre el público, escuchó: "¿Qué está pasando con el señor Ortega?". Y esta versión coincide al cien por cien con lo que se pregunta estos días toda la prensa internacional. La pregunta que usted entendió le facilita a la mesa colectiva no manifestarse sobre su colega señor Ortega, sandinista marxista, a lo que tiene todo el derecho, pero no a masacrar a la población como está haciendo.

Siguiendo el orden yo no digo en mis escritos que el sacerdote guerrillero García Laviana haya muerto al "margen de sus ideas católicas", lea usted bien, lo escrito fue: "el sacerdote García Laviana murió en combate en Nicaragua defendiendo sus legítimas ideas, pero al margen de la Iglesia católica a la que representó por voluntad propia". Las ideas en el momento de su muerte no las conocíamos ni usted ni yo, solo las conocía él, pero que estaba al margen de la Iglesia es evidente. Para ejercer de sacerdote no se necesita metralleta. Ya le dije en otra ocasión que me parece bien que critique lo que escribo, pero no lo que usted invente que escribo. ¿De verdad cree usted que la Iglesia católica va a promover que un sacerdote abandone su labor pastoral, tome un arma y se tire al monte para abatir a tiros a discrepantes aunque estos fueran tan "criminales" como Bush o tan "genocidas" como Cascos, el rector o Gabino?

4—Puedo entender que el superior de la orden religiosa en la que profesó Gaspar haya respetado su decisión, pero defenderla le aseguro que no, aunque yo no estaba allí, pues defender la muerte violenta pertenece al credo de otra religión, no a la católica.

5—Yo escuchar no le escucho pero sí le leo con atención, por lo que puedo asegurar que jamás responde a lo que se le pregunta, solo con el ánimo de ampliar mis conocimientos en temas que yo soy lego y usted experto. Nunca dije que no hicieran homenajes para recordar a Gaspar, lo que reflexioné es que si él estuviera ahora en Nicaragua, quizá en vez de organizar homenajes a los asesinados por los sicarios de Ortega desde un cómodo salón, preferiría luchar en la calle para acabar con la tragedia.

6—Como puedo modificar a mi capricho los actos que usted atribuye al "criminal Bush" si jamás le alabé ni critiqué desde este medio. Quienes sí parece que le alaban son sus ciudadanos, lo que no ocurre ahora en Nicaragua con su protegido epistolarmente señor Ortega. Tampoco intenté nunca redimensionar ni minimizar lo sucedido en la manifestación contra la conferencia del ahora "genocida Bush", solo le transcribí el trabajo profesional del conocido y respetado corresponsal en Asturias del diario nacional "El país". Si no se corresponde con lo que usted dice haber vivido, no es problema mío. Sin embargo si glose su fuerza de voluntad y fortaleza, pues si al día siguiente de recibir un apaleamiento y una noche en la checa fue capaz de redactar y leer un emotivo discurso en el mismo lugar de la ofensa, es usted un valiente y de una fortaleza no usual.

Finalmente gracias por invitarme a asistir a su charla en Avilés, pero permítame que sea yo quien decida a los actos que acudo. Asistir por obligación solo ocurre en países como Cuba, Venezuela y probablemente en la Nicaragua de hoy.

Como sospecho que esto continuará, si el diario que nos acoge lo permite, no le digo adiós sino hasta pronto, pero por favor, ponga interés en la lectura y hágalo correctamente.

En el curso de este carteo usted me adjetivó en varias ocasiones y yo nunca lo hice con usted, pero hoy me tomo una licencia: es usted un "ideólogo" en tercera acepción de la RAE.

Conociéndole solo por sus escritos y aprovechando que en uno de ellos llegó a mencionar a Bartolomé de las Casas, cuando hablamos de cuestiones actuales y que el Pisuerga pasa por Valladolid, no descarto que si alude a este escrito me recordara que la Iglesia católica ayudó a Franco, pero le recuerdo que en ningún caso envió a ningún sacerdote a luchar arma en mano, aunque sí fue diana preferente del Frente Popular. Todavía lo recordó hace poco la portavoz del ayuntamiento de Madrid, del grupo de los "cubaveneznicas": "os vamos a quemar como en el 36".

NOTA: No perdería usted el tiempo si leyera la prensa internacional de estos últimos días sobre Nicaragua y Ortega y, si puede, la primera página de muchos periódicos del país, en blanco, no por la alegría de la novia.

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