En recuerdo de Sandra Palo, violada y asesinada
Dieciocho años de noches silenciosas... Dieciocho años de gritos silenciosos... Dieciocho años de manos entrelazadas... Dieciocho años de silencios vergonzosos...
Dieciocho años sin Sandra Palo... Violada con brutalidad y bajeza... Asesinada con una violencia llena de odio consciente...
Brutalidad, bajeza, violencia, odio... que nuestra sociedad, con inusitada inteligencia moderna, apellida "de menores".
¡Vergüenza... Vergüenza...!
Una sociedad que empuña como bandera la palabra "libertad"... Una sociedad que dice representar los valores y derechos de todos y cada uno que la componen... Ésta, nuestra sociedad, no es capaz de poner sobre la mesa de todos un remedio, tan sencillo, como dar la oportunidad de vivir y actuar como cada cual desee...
Ante hechos tan escalofriantes como el de Sandra Palo y otras muchas más víctimas, nuestra hipócrita sociedad ofrece una receta: Casa, comida, higiene, descanso, estudio... con gratuidad.
¡Hipócrita sociedad! de intelectuales moralistas de despacho...
Libertad es ofrecer a todos y cada uno de esos descerebrados, violadores y asesinos, la posibilidad de vivir como ellos quieren y desarrollar su "sociedad" al gusto personal...
¡Cuántos parajes e islas desérticos!... ¡Cuántos lugares donde llevar a esos maniáticos "en libertad"... Allí podrán vivir y desarrollarse como ellos quieran, en libertad absoluta.
Todo sería más barato para una sociedad harta de pagar el delito con el sudor y sangre de todos los demás honrados ciudadanos... pero no, como eran menores (con capacidad de violación, con capacidad de astucia, con capacidad de engaño, con capacidad de volver y volver a hacer lo que ellos llaman "diversión" contra otros) nuestros intelectuales y sociólogos sólo saben ponerse la bata blanca y creer, tras muchos sesudos estudios, que la libertad se consigue dando de comer con pan ajeno... para que luego salgan con más fuerza...
¡Perdonad!, Sandra Palo y tantos y tantos compañeros silenciosos tuyos... ¡Perdonad! Porque algo de culpa tenemos todos.
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