"Los ángeles también lloran" y "niñas/os les preguntaron: ¿Lloráis también por la Guerra incivil española?"

¡Buenas noches, niños y niñas! En esta noche tan hermosa con un cielo radiante de estrellas os entrego este relato de Werner Reiser: Si algunos de nosotros hemos escuchado el canto de los ángeles no lo podremos olvidar nunca aunque queramos; su actuación más feliz y sublime del coro tiene lugar en Nochebuena cuando entonan lo mejor de su repertorio, “Gloria a Dios en Cielo”; aquel año algún ensayo dio que hablar en alguna tertulias de la Corte celestial: yo no sé muy bien explicar lo que ocurrió. Por lo que me cuentan, parece ser que los ángeles cantan por filas, es decir, cada ángel se apoya en el anterior; si uno falla, contagia a toda la fila y se produce el efecto “bola de nieve”. Y eso es lo que ocurrió en un ensayo: de pronto toda una fila se quedó en silencio; no es que se pusieron de acuerdo, sino que ¡un ángel no quería cantar! y con su actitud arrastró a todos los demás. El ángel director del coro se dio cuenta en seguida del origen de la perturbación y para indagar la causa de su silencio se dirigió al ángel que se callaba, y éste respondió que él cantaba muy bien la primera parte “Gloria a Dios en el Cielo”, pero cuando intentaba cantar “Paz en la tierra se acordaba de las guerras, del hambre de los pobres y de tantas muertes de inocentes y no le salía una nota”, y añadió: “¿Cómo iba a cantar “Paz” a la vista de lo que sucedía en Tierra Santa entre los fanáticos árabes y hebreos? ¿Cómo expresar alegría ante los muertos de las guerras de Irak, de Chechenia, de África o de América...?, ¿y los terroristas en todas las partes del mundo?”.

Además nuestro ángel no había resistido la tentación de curiosear las noticias de la televisión, donde los episodios sórdidos, violentos, criminales ocupaban casi todo el tiempo; crisis de energía, paro, violación de los derechos humanos, enfermedad, hambre, nacionalismos, racismo, enemistades entre pueblos, catástrofes naturales..., y el ángel se echó a llorar desconsoladamente en su aflicción; porque ¡los ángeles también lloran! “Cómo voy a cantar ´Paz en la tierra´ ante tantas angustias y barbaridades”... El ángel director del coro lo miró un largo rato en silencio. Luego le dijo: “Como prefieres la realidad a la alabanza a Dios, vas a dejar el coro y serás el ángel heraldo que vaya a la tierra recordando a todos esta noche santa. Dios da su paz a todos. Día y noche recorrerás las casas y sembrarás en sus corazones nostalgia de paz. Te sentarás en sus reuniones para que tu voz se escuche como un rumor dando la paz en medio de las diferentes opiniones y amenazas. Si te cierran las puertas, siéntate en el umbral y no cejes en tu empeño; no tendrás que cantar nada, pero sí que llorar y lamentar mucho”. El ángel comenzó su trabajo por el mundo...; atacado, con dificultades, incomprendido, prosigue hoy mismo su tarea de que nunca desaparezca la nostalgia de paz entre los hombres y naciones, sino que crezca y tengamos una paz creciente. ¿La quieren las grandes y pequeñas naciones de la Tierra?... Niños y niñas, quizás alguno de vosotros ha encontrado un ángel así. Los hay en medio de vosotros: son las personas nada conflictivas que ponen paz donde quiera que están, en las relaciones humanas, en la familia, en la sociedad. “–¿Queréis probar a ser ángeles de esta clase? Os pregunto hoy en la capilla del campamento “Ángel del Alcázar”? –Sííí... Pues ya en casa cantad en la misa de Nochebuena y salid de la iglesia a la calle cantando y tocando vuestras panderetas y zambombas y castañuelas por las calles –como hacen vuestros amigos de Madrid, Andalucía, Cataluña...! de toda España; y luego id a vuestras casas ¡y lo mismo! cantos como: “Noche de paz, noche de amor...” “Vamos pastores, vamos a Belén...”, “Yo pobre gitanillo al Niño le diré; no la buenaventura, que eso no puede ser, le diré que perdone lo mucho que pequé y en la mansión eterna un ladito me dé, un ladito me dé... Vamos pastores vamos...”. Escucharéis un cántico que te animará a proseguir la obra de la paz en nuestros ambientes; dice así: –“La estrella es tan clara, – que no todo el mundo la ve. –En el cielo hay esa estrella –nueva y lentísima, es la estrella de Dios que guía –hacia el portal de Belén. –Los Magos, como son Reyes Magos, –vieron la Estrella nacer; –los hombres, como son hombres, –están a lo suyo y no la ven. Baltasar tiene las carne morena como al almez; –Gaspar es tan viejo – que parece que ha vivido– dos vidas de una vez. –Y Melchor es tan creyente – tan iluminado, que – siempre que sus ojos miran– se ven sus ojos arder. –Pasan ciudades, ciudades –con calentura en la sien, –donde la estrella, que es niña, –se apaga para no ver. –Pasan desiertos, desiertos –como los hombres también, –y bosques que acaso –nunca volverán a florecer. –Pasan años y los hombres –siguen padeciendo sed, –la estrella sigue en el cielo –sólo muy pocos la ven. –Y son también los niños nuevos pastores, –pobres enfermos emigrantes –y ricos hechos criados también. “–Era primer domingo de mes en la colecta para los pobres por medio de Cáritas: ¡Creció vuestra generosidad!