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La penúltima sobre Gaspar García Laviana

22 de Enero del 2019 - Javier Arjona (Siero)

Como el dicho de la vuelta de la burra al trigo el señor Corostola vuelve a desdecirse de despedidas suyas realizadas por escrito y en cambio anuncia como que le gusta este diálogo de sordos y promete que abundará en el carteo que LNE nos permite y soporta.

Y en mi caso ¿qué he de hacer ante alusiones tan directas y ante peticiones concretas de opinión .. ¿Pues dárselas, no?

Y si además rechaza la amable invitación que realizamos para que asista en directo a una presentación de obras en torno a Gaspar García Laviana y allá se pueda controvertir en sereno coloquio apreciaciones diversas en mayor profundidad, considerando como excusa que una invitación sencilla la consideraría él una obligación. Me desarma.

El inconveniente de las repeticiones es que, además de presumiblemente aburrir a las lectoras, obviamente se reiteran los tópicos. O sea nada nuevo, aunque de otro color se intente vestir:

Que si dijo o no dijo defender al criminal Bush, destructor de Nicaragua, que si la "ideología" de mis notas, que si está bien o no que nuestra policía nos maltrate por auspiciar que nuestra soberanía sea respetada y no subyugada por un criminal de guerra, que no, que no es invento mío señor Corostola, que hay sentencia de la Corte de la Haya y hay sobremanera millones de familias en todo el mundo que son víctimas de sus matanzas, que si lo que dijimos es acertado, conveniente o está signado con mejores o menores conocimientos.. que si lo que dice un periódico "ideológico", tiene mayor peso que lo sentimos las personas en directo... o que los titulares de los medios nos quitan la razón de lo que escuchamos cara a cara a dos metros de distancia en el Valey, aventurando que estamos sordos, y desconociendo de forma repetitiva lo que modestamente hemos estado publicando de opinión sobre la querida Nicaragüita en esta misma sección de cartas de los lectores de LNE durante muchos años..

Y algunas alusiones dispares a obispos muy carcas como Cipriani, Obando, o el "personaje" poderoso y rico Maciel, corrupto y violador, jefe de los guerrilleros de cristo en México.

Se le ocurre como novedad aventurar espacio para un Bartolomé de las Casas, y no es sencillo averiguar en qué sentido quiere traerlo a colación.

¿Tal vez para recordarnos cómo el dominico se atrevió a defender los derechos de los indios, pisoteados por los colonizadores, y trasladar esa defensa histórica a la corte palaciega castellana?

¿Tal vez para que podamos también recordar al fray Antón de Montesinos que hizo lo propio de forma encendida y logró hacer llegar ciertas informaciones desde La Española para que el trato no fuera tan delirante hacia los nativos?

¿O en la misma senda de excepciones (o sea de los pocos curas, frailes y obispos que no fueron soporte central de la espada) para mencionar precisamente al obispo de Nicaragua, contemporáneo de los anteriores, Valdivieso, que por defender a la población nativa fue asesinado por la familia del gobernador español, y cuyo biógrafo, viejito pero vivo y sabio, se hospeda en los dominicos de Oviedo, don Chepe Álvarez Lobo, insigne educador de Nembra, quien por haber estado 40 años en Nicaragua y por haber conversado con Gaspar una semana antes de su muerte seguramente que podría explicarle mejor que yo la valía y significación del cura guerrillero de la cuenca minera asturiana?

También repite usted el tópico de que Gaspar García Laviana, muerto en combate hace 40 años y un mes, como guerrillero sandinista, no tendría el aval de la católica iglesia, despreciando el testimonio directo que le brindamos de la intervención del Provincial de su Orden religiosa en la casa de Cultura de Sama, o del propio Foro de cristianos que lleva con orgullo su nombre y ha promocionado por todos los rincones de Asturias su libro más reciente "Gaspar GL visto desde Asturias", incluida presentación en los club de prensa de LNE de Oviedo y Gijón, o la ya citada compartida en Langreo.

Su entender seguramente será que ni el papa de Roma ni el Obispo de Managua le ordenaron a Gaspar que se involucrara en la guerrilla. Pero dentro del estamento religioso hay más elementos que los jefes, hay muchas más personas: en 1978 la inmensa mayoría de estas personas de iglesia estaban con Gaspar, le acompañaron, le rodearon, hablaron con él hasta el último minuto, y reivindicaron, entonces y ahora, su ejemplo libertario y su valiente compromiso (hasta el punto de "pelearse" sus discípulos medio año después por si sus restos recuperados debían reposar en San Juan del Sur o en Tola).

El poema homenaje de otro obispo de los pobres, don Pere Casaldáliga, dedicado a Gaspar, pone de relieve lo más significativo de la comunión cristiana entre pueblo y sacerdote. Y además es poético, profético y tan histórico como el que meses después dedicaría a Monseñor Romero, asesinado por los militares salvadoreños y el año pasado declarado "santo" por Roma. ¿BVerdad?

Como un vuelo cortado por la muerte

Igual que un crucifijo en carne viva,

Como un abrazo extremo, que me llama,

Me ha cercado tu nombre,

Gaspar, hermano mío.

Asturiano, justicia de minero,

Bronco acantilado,

Corazón de Jesús en pura llaga.

Tola y sus montes callarán ahora,

-verdes la guerra y la arboleda verde-

Mientras hablamos,

Mientras el Pueblo vela, todavía junto al Dios que escucha,

La Paz del Reino que se aplaza tanto.

Hablaremos tú y yo, Gaspar, a solas.

Al contraluz de mi anhelante fiebre.

Como si aún no fueras un glorioso llegado.

A corazón abierto,

Gaspar,

Sin más testigo

Que el Amor que ya vives cara a cara.

Terratenientes eran

Los que ahogaban tus pobres,

Los que ahogan mis gentes.

Y es el mismo Evangelio

Que te ardía en las manos

Más que el fusil inhóspito,

Amor exasperado, hermano mío:

Tus manos bajo el óleo

Sangrándote,

Llorándote los ojos cielo arriba.

Dime, Gaspar,

¿qué harías

Si volvieras?

Y cuida bien de Tola,

Cuida de Nicaragua, todavía en combate,

No dejes que tu sangre se marchite

En el cáliz (rajado) de su Iglesia.

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