Competir, cooperar, tal vez amistad
Todo está en constante competición contra el futuro: es el miedo que se resiste a lo desconocido, y la arrogancia que se cree inmortal. La Historia es un relato de violencias de unos cooperando para defenderse de los otros, y de otros cooperando para atacar. Todos ven en la victoria un toque de inmortalidad. Buscan la expansión del ego, y se animan unos a otros como masa bajo un líder. Descargan en vítores ante sus arengas y alejan el miedo. Sienten esa descarga como felicidad liberadora, como brillo de inmortalidad cegador. Sin embargo, fue dicho una y otra vez, que ese no es el modo de llegar a evolucionar.
La violenta revolución solo es un modo de volver al punto de partida al arrastrar las pretensiones por una banda de Moebius. Una banda que recorrida pone abajo lo que estaba arriba, y lo que era de izquierdas pasa a ser de derechas. Pero acaba en el mismo sitio. Soñar con la revolución es perder toda esperanza de un cambio real. Para poder innovar y progresar a un cambio real, debemos cooperar sin temor y compartir sin recelo, haciéndolo como individuos libres e iguales. Un buen modo es la amistad: que es cuando la existencia del diferente pasa a ser tan importante como la propia. Si no nos damos la libertad individual de ser los unos a los otros, la convivencia será difícil. Si bien el arte de la cooperación hará plausible la amistad. La cooperación universal no eliminaría la competencia. Tampoco podemos afirmar que toda competencia es malvada. Pero en el caso de la cooperación, la competencia busca ser: «más rápida, más alta, más fuerte» para ayudar al otro, al extraño, al diferente.
En la competencia, decir amigo, es decir un igual que piensa lo mismo. En la cooperación, decir amigo, no excluye que sea diferente o piense distinto.
Supongamos la variable lógica 'Ser' con valores: [igual y diferente] y la variable lógica 'Pensar' con valores: [lo mismo y distinto]. La amistad, en un sistema de competencia solo es posible por la conjunción de «ser igual y pensar lo mismo», excluyendo el «ser diferente o pensar distinto». Sin embargo, en un sistema de cooperación pasa a ser una tautología que hace irrelevantes las variables 'Ser' o 'Pensar'. Algo que solo es posible por la libertad individual para decidir tal amistad. En la competencia, sin embargo, depende del grupo en el que se está inscrito, y nadie se atreve a decidir individualmente por miedo a ser expulsado, a quedar aislado y despreciado, a ser odiado como enemigo. En el mundo actual esto se da, y en el de ayer también, pero solo podemos salvarnos de la otra manera.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo