La berrea
¿Buenas noticias para España? Ante tamaña calamidad, toca a rebato Enric Juliana en La Vanguardia: "Después de perder Andalucía, la izquierda se dirige al desastre en Madrid. Un desastre que puede ser la tumba de Sánchez" (Y Sánchez tendría que tener cuidado con las tumbas viendo lo que le está pasando con la de Franco). "Podemos puede estar a dos minutos del colapso. La izquierda en su conjunto puede acabar muriendo". ¿Pavana de Juliana para una izquierda difunta? Pero dónde se origina el estropicio: "Errejón pretende liderar un movimiento de izquierdas trasversal y un poco españolista". O sea que lo español, incluso en pequeñas dosis, es letal si se incorpora a la empanada progre.
Errejón o el efecto mariposa; aletea Errejón y "en dos minutos" colapsa el tinglado populista. El problema, Enric, viene de más lejos. Pablo Iglesias ya había dejado meridianamente claro en su momento que "en un rebaño no puede haber dos machos alfa". Y va Errejón y, sin encomendarse a Dios ni al diablo, se echa en brazos de Carmena, infringiendo el imperativo categórico de la ética de la razón pura según Pablo: solo un macho en el rebaño. Íñigo Errejón, un cervatillo casi recental, se echa al monte al reclamo irresistible de "Más Madrid" que es la guerra. El viento solano y el perfume acre del espliego y de la aliaga despertaron en jovencísimo cérvido un vórtice de testosterona irrefrenable. Y ya tenemos la zoopolítica de Pablo hecha unos zorros.
Entre tanto, un poco más abajo, del monte en la ladera donde por la cara plantados tiene casa y huerto (en La Navata de Galapagar, por más señas), el Macho Alfa acaba de dejar los biberones en la nevera y se dispone a holgar, de sus cuidados olvidado, viendo vídeos de La Tuerka; empezando por el del geo pateado que es el que más le pone. Estaba en esas cuando reverberó la traición como el relámpago y el Macho se asustó al comprobar que de repente le crecía la cornamenta. Fue el jueves del quinto aniversario para mayor inri y escarnio del pundonor podemita. El jueves de mañana, una hora menos en Canarias.
"Nunca imaginé que iba a tener que interrumpir por unas horas mi permiso de paternidad por una razón tan triste". "Hoy es un día amargo". "No es fácil en estas circunstancias ser secretario general". "Quedo tocado y triste". Menos mal que "Íñigo no es Manuela" (Ni Manuela, Irene). "Oh, quién fuera ipsipila que dejó la crisálida / La princesa está triste, la princesa está pálida", tararea Irene al teclado de su clave sonoro. Pero dejamos aquí el recital pues siempre habrá algún juez para la democracia bien entendida que entienda que el sentido del humor y la libertad de expresión son patrimonio exclusivo de la Sexta noche y día.
Ulula el cierzo que desciende de las cimas y en el cielo indiferente "tililan las estrellas" (G. de la Concha). Que es la cosa más pitiminí que uno hubiera oído hasta que leyó en un diario de Vocento que "somos como una isla inmensa que pulula al albur mecida por los vientos" (Rosa Regás) ¿Será que "pulular", en catalán, es ir al tuntún de acá para allá por el Passèig de Gracia? Ulula el cierzo y los civiles que hacen guardia bajo los luceros se soplan los dedos y baten el asfalto con sus botas para calentarse los pies. Mientras intra muros de La Finca, al amor de la lumbre, La Pareja medita sobre la caducidad de los bienes terrenales, siempre "a dos minutos del colapso" (el "sic transit" de los clásicos y de Enric Juliana). Llegados a este punto, la pregunta del millón: Quiénes son "los herederos del franquismo" en la Navata de Galapagar, ¿la pareja de la Guardia Civil o la otra pareja?
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