Veinte años
Hay personas que cuando se van dejan un vacío y a la vez un recuerdo imborrable, ya no sólo para quienes le conocimos y le queremos, sino también para quienes nacieron años después y hoy, pasados veinte años, añoran a su abuelo igual que nosotros lo hacemos. Porque hay vacíos que se notan y se contagian, y hay personas que dejan su huella incluso en quienes estaban por llegar. Allá donde estés, tu recuerdo sigue vivo por siempre entre toda la gente que te quiere y también entre las que añoran haberte conocido. Sigue cuidando de ellas.
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