Felicitación merecida y bien ganada
Asiduo como soy al uso de este foro que LA NUEVA ESPAÑA nos ofrece a los lectores, esta semana no encuentro noticia que comentar digna de mayor relevancia que el rescate del niño Julen atrapado durante trece días en un pozo en la montaña malagueña.
Para empezar, lo primero que se me ocurre es pensar en la angustia por la que sus padres y demás familia habrán pasado durante tantos días de espera, con la esperanza de que quizá su pequeño fuese encontrado con vida; por desgracia no fue así, y la bofetada final la acabaron recibiendo en la madrugada del pasado 26 de enero cuando supieron que su pequeño había sido encontrado y rescatado del pozo, pero, por desgracia, sin vida.
Además del drama de la familia, debemos pensar en cuantas personas de distintas especialidades que participaron en las labores de rescate. Unos poniendo todo su saber y entender en el interés y el empeño en conseguir lo más rápido posible el localizar al niño y rescatarlo del pozo en que se encontraba. Sin pretender restar un ápice a la labor de cuantos participaron en tan complicada labor, quisiera felicitar y agradecer de manera especial por cuanto han hecho tanto a la brigada de salvamento minero de Hunosa como a los agentes de la Guardia Civil que la acompañaron en las labores de excavación del túnel o galería transversal que unió el pozo de rescate con aquel en que se encontraba el niño. Pensemos en las dificultades e importancia de cuantos trabajos hubo que realizar para llegar a la consecución final, que era el rescate del niño, pero en todo esto, si alguien arriesgaba su vida, eran los componentes de la brigada de salvamento perforando el túnel transversal a esa profundidad y en condiciones durísimas de esfuerzo y peligrosidad, y luego sus refuerzos o compañeros de la Guardia Civil manipulando el explosivo y ejecutando las voladuras necesarias para facilitar las labores de avance a los mineros. También es digna de mención la labor de los técnicos en ingeniería minera. Debemos pensar en la dificultad que tiene que representar el hacer coincidir tanto en las coordenadas verticales como horizontales a esa profundidad dos pozos de tan poco diámetro, a través de un túnel también de altura reducida y a cuatro metros de distancia el uno del otro; cualquier error de cálculo habría hecho que el túnel pasara de largo sin coincidir con el pozo donde se encontraba el niño. Por tanto, creo que todos ellos se merecen nuestra más sincera felicitación y agradecimiento por su buena labor.
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