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El genocidio que quiso ocultar Stalin

28 de Enero del 2019 - RAFAEL GUTIÉRREZ AMARO (SEVILLA)

El articulista Fernando Palmero nos relata el genocidio de Stalin en Ucrania apoyado en los relatos de dos acreditados historiadores.

Doy a conocer estos hechos porque con los muros y con el ocultismo feroz y sin precedentes consiguieron que de estos personajes nefastos de nuestra historia reciente como Stalin, Lenin y otros tantos no se conociera la envergadura de sus mentes criminales y destructoras, y la masacre inhumana en la que convirtieron su labor política. Todo ello llevados por un cruel egoísmo sin fronteras; y por un sistema político nefasto, perverso y de alta traición para el ciudadano de a pie.

Fue el historiador británico Robert Conquest quien, con la publicación de La cosecha del dolor en 1986, volvió a desafiar a los empeñados en presentar el despiadado régimen soviético como la realización política del paraíso revolucionario, desvelando lo que Stalin se había esforzado en ocultar, mediante la destrucción de pruebas documentales, el genocidio ucraniano, que acabó con la vida de casi cuatro millones de personas con un método especialmente cruel: el hambre.

La obra de Conquest, es un hecho histórico que define como pocos la naturaleza criminal y asesina del régimen totalitario surgido del golpe bolchevique de 1917.

Esa es una de las conclusiones que se desprenden de la lectura de Hambruna Roja, la obra en la que la historiadora estadounidense Anne Applebaum detalla cómo se planificó y se llevó a cabo un programa conscientemente diseñado por el Estado soviético con una doble finalidad política: eliminar físicamente a los campesinos que se resistían a la colectivización forzosa de las tierra agrícolas, sobre todo a los kulaks, pequeños propietarios de tierras y ganado; y, además, reprimir cualquier síntoma de nacionalismo ucraniano.

Stalin, explica Applebaum a El Mundo, conocía la hambruna que sufría el país a comienzos de los años 30. Sin embargo, tomó la intencionada determinación en 1932 de endurecer las condiciones en Ucrania, incluyendo decenas de granjas colectivas y aldeas en las listas negras, bloqueando las fronteras del país para que la gente no pudiera irse y creando unas brigadas de incautación que iban de casa en casa quedándose con la comida de los campesinos.

Stalin tenía miedo de que volviesen a surgir las revueltas campesinas que en 1918 habían expulsado a los bolcheviques.

El nacionalismo ucraniano se definía como proeuropeo y antiMoscú, es decir, cuestionaba la ideología bolchevique.

No hay que olvidar que hoy hay mucha documentación de la que antes se carecía, incluidas cartas que escribió Stalin a dirigentes locales, en las que se habla de Ucrania como un problema muy concreto y muy especial.

Stalin jamás negó, ni al escritor y dirigente Shólojov, ni a nadie, que los campesinos hubiesen muerto por la hambruna causada por la política estatal de 1933, y desde luego, jamás se disculpó por ello. Al contrario, señaló con firmeza a aquellos que estaban muriendo como los responsables.

Stalin, continúa Applebaum, no hacía sino interpretar y continuar la línea de pensamiento de Lenin, partiendo de la teoría marxista sobre la colectivización. No hay duda de que él pensaba que tendría éxito. Por eso la puso en práctica. Y cuando vio el fracaso no quiso reconocer que la teoría era errónea.

Gran parte de la violencia soviética se debe a esto, a que su interpretación del marxismo fue un fracaso y no querían admitirlo.

Cuando cayó el Muro, podían haber disparado contra la gente para impedir que cruzaran, pero no lo hicieron porque no creían ya en su propia ideología.

Las medidas especiales contra los ucranianos, que no se limitaron a los campesinos, sino que afectaron a la élite cultural, intelectual y religiosa de la república, se detuvieron en el verano de 1933, no porque Stalin tuviese ningún respeto a la vida, que no lo tenía, sino porque se dio cuenta de que faltaban agricultores para seguir trabajando la tierra más fértil del territorio.

Y para terminar una personal reflexión. Desde una óptica cristiana tengo mis dudas de que hechos tan deleznables pueden ser perdonados por un Dios que es todo misericordia, pero que a su vez tiene que ejercer la justicia. Dios perdona siempre, pero siempre se pueden dar las condiciones para que Dios perdone. En el Pecado Original, Dios perdona, pero se tiene que inmolar su propio Hijo, creándose una nueva humanidad manchada, pecadora y redimida.

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