El ahora de Dios
Con flexible elasticidad humana y espiritual, con un dinamismo apasionado y vibrante, haciendo un ejercicio continuo de acercamiento a los jóvenes, el Papa Francisco ha estado en Panamá, viviendo las Jornadas Mundiales de la juventud de 2019.
A la pregunta de que sí iría a las siguientes jornadas el Papa contestó: "Yo no sé si iré, pero Pedro sí". Pedro, el sucesor del papado en la iglesia, seguro que si ira. Con esto quería dejar claro que él estaba allí no como Francisco sino como el sucesor de los Apóstoles.
También me llamó la atención cuando dijo de manera clara a los jóvenes que ellos eran el ahora de Dios. Qué frase tan importante para la reflexión: "Los jóvenes sois el ahora de Dios".
La eternidad tiene su curso, Dios tiene sus caminos, pero él ahora de Dios está en los jóvenes.
Podemos decir que de los jóvenes surgen las conversiones, las vocaciones, los más sinceros arrepentimientos, las entregas más generosas a los demás, el amor más pleno, los sí permanentes a Dios.
De ellos, de los jóvenes, surge también la belleza de la vida. La vida de otros seres humanos en el marco del matrimonio. Surge como no la familia. Y surge el rico transcurrir de la historia.
Y me quedo con otra tercera expresión que nace de comentar la multiplicación de los panes y de los peces. Y Francisco a raíz de esto dice que los jóvenes tienen que multiplicar la esperanza.
Necesitamos tanta esperanza que los jóvenes tienen que aprender, que descubrir el modo de multiplicar este maravilloso don que no puede quedar en la oscuridad inexistente de una palabra vacía.
Esperanza tiene que ser una palabra vibrante, viva, con pasión de certeza desmedida.
Y así llenos de esperanza, llenos de una esperanza que nos envuelve y que nos cautiva, llenos del saber y del sentir qué los jóvenes son el ahora de Dios, y sabiendo que del papado emana la vida de la Iglesia, puedo y quiero acabar.
Pero con la condición de que Dios: "El Dios de la vida, siga en nuestros corazones" y llene de un: "Ahora esperanzador" nuestras vidas.
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