Siguen existiendo muchas razones
Seguimos saliendo los pensionistas a las calles, algo muy necesario en democracia, porque la ciudadanía siempre debe estar dispuesta a exigir públicamente aquellas carencias que los gobernantes no atienden adecuadamente. Pero ante la disparidad de mensajes que acompañan las movilizaciones, conviene hacer algunas puntualizaciones:
1) Es realmente triste que las mareas y plataformas de pensionistas no hayan querido unirse en las manifestaciones -solo una vez en Gijón con mucho éxito- con los sindicatos mayoritarios CC OO y UGT por considerarlos parte del problema. Tremendo error.
2) A pesar de ello, se ha conseguido erradicar una medida mísera e injustificable como era aplicar el 0,25% de "incremento" por una reforma exclusiva del Partido Popular, haciendo abuso de su mayoría absoluta.
3) Si bien es cierto que no está consolidada todavía para los años siguientes la subida anual mediante el IPC, sí hay acuerdo para aplicarlo en el Pacto de Toledo. Por eso es urgente que se apruebe en el Parlamento, igual que eliminar el factor de sostenibilidad para las próximas jubilaciones.
4) Una cuestión fundamental y prioritaria es determinar otras fuentes de financiación para el Sistema Público de Pensiones, cuando las cotizaciones no llegan para mantener unas pensiones dignas, ante un escenario de envejecimiento poblacional con empleo precario y temporal como está el mercado laboral. No basta con blindar las pensiones en la Constitución.
5) No exijamos cosas inalcanzables a corto plazo, como los 1.080 euros para todas las pensiones, que generan falsas expectativas y no lo establece la Carta Social Europea. Pongamos la referencia del Salario Mínimo Interprofesional para las pensiones contributivas que salen de las cotizaciones y defendamos que las subidas se apliquen sobre todo lo cobrado, incluido el complemento a mínimos, para que no siga creciendo la brecha con las más altas.
6) Aunque el asunto de las pensiones sea tan vital, especialmente para las mínimas, no olvidemos otros temas muy relevantes como: la defensa de la sanidad pública que también sufre los recortes de las políticas de austeridad; la dependencia que sigue sin contar con el presupuesto necesario; la especulación con la vivienda; el coste de la energía que impide a muchos hogares soportar el crudo invierno; el negocio de los medicamentos, sobre todo de los que han quedado fuera de cobertura sanitaria; las ayudas sociales a las familias más necesitadas...
En definitiva, siguen existiendo muchas razones para seguir en las calles "gobierne quien gobierne" pero siendo responsables en el voto, porque ya hemos comprobado que algunos gobiernan más para los intereses de los ricos, la banca, las multinacionales... en lugar de para el pueblo.
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