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Una apasionada de la química que amaba a Dios

13 de Febrero del 2019 - Carmen González Casal

El 14 de febrero se cumplen 89 años del día en que Josemaría Escrivá –el santo de lo ordinario– comprendió que Dios llamaba a formar parte del Opus Dei a mujeres de todo el mundo para santificarse en la vida ordinaria: madres de familia, empresarias, campesinas, diseñadoras de moda o de interiores, políticas, empleadas en una fábrica, periodistas, maestras, abogadas, camareras, médicas, enfermeras, policías, taxistas, profesoras universitarias o estudiantes, asistentas por horas, artistas, escritoras, jóvenes y ancianas, solteras, casadas o viudas, que concilian, que pelean para llegar airosas a fin de mes, que disfrutan de sus hijos y nietos, que se enfadan y luego piden perdón, porque son de carne y hueso. Cualquier circunstancia se convierte para ellas en trampolín que las acerca más a Jesucristo y es ocasión para vivir con naturalidad esos valores tatuados en el mensaje cristiano: el amor, el perdón, la comprensión, la solidaridad, el respeto a la persona… procurando realizar alrededor una siembra generosa y desinteresada de paz y de alegría.

Precisamente el próximo 18 de mayo, casi 89 años después, una de esas mujeres será beatificada en el Vistalegre Arena de Madrid. Es la primera que llega a los altares. Se trata de Guadalupe Ortiz de Landázuri, licenciada en Ciencias Químicas por la entonces Universidad Central, siendo por aquellos años de 1933 una de las cinco mujeres de una clase de setenta. Más tarde se doctoró y desarrolló su tarea docente en el Ramiro de Maeztu y en la Escuela Femenina de Maestría Industrial. Sus compañeros de clase la recuerdan seriamente dedicada al estudio, con gran simpatía y amante de lo imprevisto, apuntan las biografías que de ella circulan por internet.

José Carlos Martín de la Hoz, postulador de la causa diocesana y buen conocedor de la vida de Guadalupe tras más de diecisiete años de trabajo, destaca en una reciente entrevista: “Esencialmente, Guadalupe es una profesora de Química, una apasionada de la Química, que amaba a Dios. Fue una de las primeras mujeres del Opus Dei –se incorporó en 1944– y empezó el trabajo apostólico en México seis años más tarde. Volvió a España y se dedicó a la enseñanza. En 1975 murió de una enfermedad cardiológica. Una vida sencilla que evidencia que se puede llegar a la santidad haciendo cosas tan sencillas como dar clase de Química”.

Mujer de gran corazón y carácter resuelto que procuraba dominar, esforzándose por expresarse con delicadeza y suavidad. La historiadora Beatriz Gaytan describe otro rasgo firme de su perfil: “Siempre que pienso en ella oigo, a pesar del tiempo transcurrido, su risa. Guadalupe era una sonrisa permanente: acogedora, afable, sencilla”.

Durante los años que estuvo en México fue una de las promotoras de Montefalco, una ex hacienda colonial, entonces en ruinas y que hoy es sede de un centro de convenciones y de dos instituciones educativas: el Colegio Montefalco y la escuela rural El Peñón. Por aquella época creó con una amiga –médica de profesión– un dispensario ambulante, yendo de casa en casa por los barrios más necesitados, pasando consulta a las personas que allí vivían y facilitándoles los medicamentos gratuitamente. Impulsó también la formación cultural y profesional de campesinas que vivían en zonas montañosas y aisladas del país y que muchas veces no contaban con la instrucción más básica.

Guadalupe fue durante muchos años uno de esos “santos de la puerta de al lado”, anónimos, que reivindica el Papa Francisco para que el mensaje de la Iglesia se escuche mejor y sea más creíble. Sin embargo, desde el próximo 18 de mayo su fama de santidad se hará visible al mundo entero para que muchas personas no sólo aprendamos, como ella, a convertir el quehacer ordinario en ocasión de amar a Dios y a los demás promoviendo un mundo mejor, sino que la tengamos como intercesora ante cualquier necesidad. Nunca viene mal, en los múltiples avatares de la vida, que alguien te eche una mano. Aprovechémonos de su ayuda. Si quieres saber más de su vida pincha en este enlace: www.guadalupeortizdelandazuri.org

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