Ser maestro, una profesión que conlleva su tiempo
Ser maestro es una cuestión que conlleva tiempo, a algunos más que a otros. Mi experiencia, aún como alumno más que como docente, así lo refleja. Fueron pocas veces todavía las ocasiones en las que le he plantado cara a un grupo de alumnos/as. Estudié Magisterio en la Facultad de Formación del Profesorado de Oviedo, escogiendo Educación Primaria porque siempre me llamó la atención cómo podía ser el ámbito cognitivo, afectivo-social y motor en esas edades del desarrollo comprendidas entre los seis y los doce años, que aunque todos hemos pasado por ellas nunca nos hemos parado a reflexionar sobre ello.
Una vez que estás en la carrera conoces mucha gente, gente en muchas ocasiones pasajera más que permanente en nuestras vidas, pues al final son pocos los que se quedan en la mayoría de los casos. Entras un poco "perdido" y al final ocurre que te acaba gustando, le "pillas el tranquillo". Finaliza segundo de carrera y tienes que escoger una especialidad o bien optar por no especializarte; en mi caso escogí Pedagogía Terapéutica, ya que me gustaron mucho las asignaturas de Psicología y Atención a la Diversidad, que había cursado previamente en los primeros cursos. Mi punto débil fueron los idiomas, siempre tuve especial pánico al inglés porque tuve pocos profesores que me lo inculcaran de la manera adecuada como para gustarme, aunque creo que eso también es cuestión de inteligencia y de las características personales y/o motivacionales de cada uno. Pues bien, yo escogí dicha mención, hice las prácticas como maestro en determinados colegios de la zona, colegios relacionados con esta especialidad, y observé que aunque a día de hoy en la Educación Especial se recojan unos principios como la integración y la inclusión, muy de moda, y como maestros lo tengamos que promover, parece que aún no queda del todo claro a las administraciones educativas, pues los centros de Educación Especial siguen teniendo rasgos de segregación, permaneciendo en zonas apartadas de las ciudades, así como alguna otra característica que puede ser debatida.
No obstante, las prácticas fueron una experiencia muy buena, conocí gente maravillosa. Finalicé la carrera el pasado curso, por cierto, un poco peor de lo esperado, por problemas "técnicos", pero aun así estoy aquí y ahora puedo decir que soy docente, y a pesar de que en la carrera ha primado un aprendizaje más memorístico que participativo, bien por ello siento que estoy aprendiendo más en este año de oposiciones que en los cuatro años de carrera.
Ser maestro, desde mi punto de vista, lleva su tiempo, sobre todo si quieres ser uno de los "buenos". Antes tendrás que pasar por un cúmulo de experiencias, situaciones, sentimientos y decisiones, donde notes y hagas notar a tu alumnado que se puede aprender sin limitaciones, teniendo en cuenta al alumnado de referencia, su contexto, sus circunstancias personales y sus características.
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