Mentiras que no caben en un campo de fútbol

Leo, puestas en boca de responsables de la hipotética candidatura de Oviedo a la Capitalidad Cultural Europea, mentiras que no caben en un hipódromo. Ni en un campo de fútbol. Y me apetece responder a esas mentiras de quienes confían en la inmensa capacidad de olvido inmediato de la ciudadanía para intentar dar gato por liebre a la verdad que denunciábamos hace unos días y blanquear sus miserias buscando por adelantado culpables de su posible descalabro.

Ya dijimos hace una semana que los verdugos se envolverían en la bandera de la candidatura, la víctima que ellos mismos acuchillaron. Y ahí están, inventándose la historia como si todo pudiese tergiversarse impunemente. Y lo peor, tratando al tiempo de borrar la historia real, una práctica, por cierto, impropia de la ciudad liberal a la que dicen representar.

Hablan de engaño porque no se podían presentar tres ciudades. Y parecen no saber (aunque de sobra lo saben) que una de sus ciudades hermanadas, Bochum, está en estos momentos celebrando su Capitalidad Cultural Europea junto con otros más de cincuenta municipios bajo el nombre común de Ruhr 2010 (www.ruhr2010.de), aunque formalmente debieron presentar su candidatura bajo la denominación Essen para el Ruhr. Como hicieron el pasado año los representantes de la Provenza francesa, encabezados por Marsella, para ganar la capitalidad de 2013 (entren en la web www.marseille-provence2013.fr y lo podrán comprobar) Luego, no solo está claro que se pueden presentar candidaturas más allá de la vieja idea de ciudad: está demostrado que pueden ganar. Por eso, y con asistencia entre otros de la representación del Ayuntamiento de Oviedo, y sabiendo ya de las obligaciones formales de presentación de una ciudad que encabezara la candidatura, celebramos el pasado año un intenso seminario de trabajo en Asturias con el director de comunicación de la candidatura del Ruhr. Y a cualquiera que entre en las webs ganadoras no le quedará duda alguna de si se puede presentar una candidatura metropolitana sin metrópoli. Y si no, ¿a qué viene ahora el pedir al Principado el apoyo que ellos mismos despreciaron hace unos días? ¿O es solo cuestión de dinero?

Hablando de dinero, otras falacias que no por repetirlas dejan de serlo son la del coste del proyecto, el supuesto encargo a una consultora y el supuesto montaje de un organismo para dirigir el proceso. En primer lugar, y a los documentos escritos enviados al Ayuntamiento me remito, no se proponía en ninguna parte ni una cantidad concreta de dinero, ni mucho menos, un mecanismo de gestión del proyecto que no estuviera en la propia convocatoria de selección de las candidaturas. Los 500.000 euros con los que se llenan la boca eran, y así se comentó informalmente en varias reuniones, la cifra aproximada de lo que podría costar el montaje total de las actividades de promoción y organización de actos, asistencia a reuniones y presencia de invitados nacionales e internacionales, y demás eventos de apoyo a la candidatura. Las cifras destinadas a los equipos redactores del proyecto no significaban ni una décima parte de ese total. Lo saben y maliciosamente lo manipulan.

Si alguien se molestara en leer los documentos de la Comisión Europea, sabría que la mayoría de las candidatas ganadoras crearon en su momento un organismo independiente, con un único objetivo que era el de garantizar la participación más amplia posible de todo el espectro empresarial, político, cultural y social de la ciudadanía en el apoyo del proceso, y que las recomendaciones del «Informe Palmer», un documento que todos los directores de ciudades candidatas se saben de memoria, así lo proponen. Es más, como el Ayuntamiento de Oviedo no creía necesario crear ese organismo en esta primera fase, de común acuerdo decidimos no proponerlo siquiera. Pero también en eso quieren engañar, aunque los documentos estén ahí para desmentirlos. Y veremos cuánto cuesta el trabajo de elaboración de su candidatura y cómo se ha montado el equipo que la vaya a hacer posible. Con las buenas relaciones con Santander del Ayuntamiento ovetense, a lo mejor pueden colaborar en la candidatura.

Puestos a insultar, y no importándoles un bledo la verdad, buscan adjetivos descalificativos y hablan de tríada, confiando en la acepción bien conocida de «organización criminal de origen chino…». Pero olvidan que éramos cuatro. Quizá porque en el cuarteto había tres notas capaces de armonizar (una tríada es también un acorde) y una nota traicionera desde el principio.