Supermoon

23 de Febrero del 2019 - José Luis Peira (Oviedo)

Antes, a las olas de frío en enero, se las llamaba invierno, y los días de lluvia en la costa no eran noticia. Ni treinta grados a mediados de julio requerían explicación. Antes, claro, tampoco los presentadores del tiempo hacían extrañas flexiones ni insólitos gestos manuales como si fueran prestidigitadores. Antes, claro, informar del tiempo para mañana no llevaba media hora ni era necesario repartir tamaño esfuerzo entre dos en el plató y media docena de corresponsales ataviados de singular modo en diferentes puntos cardinales.

Antes tampoco existían superlunas. Ahora, hay media docena por año, o sea; la mitad. Y mira que servidor se ha pasado la vida leyendo libros de astronomía, pues nada.

Perturbado, y por eso de actualizar conocimientos, investigo en internet qué demonios y de dónde viene eso de la Superluna. Supermoon, en inglés fetén, que es la procedencia del palabro, acuñada, pásmense, por todo un astrólogo en 1979. Es decir, que encima de ridículo, el advenedizo vocablo no obedece a nada relacionado con la ciencia, no, se ha implantado a raíz de una persona de las que dicen que si naces un 4 de abril serás arrogante, pero que si lo haces un 8 de agosto al mediodía tendrás dotes musicales. Ahí es ná.

Pero corrijo. La culpa no la tiene el echador de cartas, o posos de naranja, triangulador de constelaciones con forma de pimiento errante. No, la culpa es de la mediocridad. Es sabido que al mediocre le fascina cualquier cosa que parezca difícil de comprender y adopta o deforma alegremente algunas palabras para sentirse, y parecer, más docto. Los ejemplos alrededor son incontables, pero valga este del superastro para hacerme entender.

Me anticipo a aclarar que estoy al corriente, desde tierna edad, de que variables meramente físicas hacen que la Luna se vea más o menos grande en distintos momentos. Me irrita, en cambio, que personas que cobran por ello se limiten a desinformar, aburrir, cacarear, repetir sin criterio ni contraste y, en definitiva, transmitir tonterías y hacerlas pasar por serias.

La meteorología es una disciplina apasionante. La medida de la mediocridad la dan quienes la usan para apenas promocionar sus pobres personas, con gestos y saltitos, con gorritos de lana y con un pequeño universo chupiguay en el que siempre estamos al borde de un advenimiento catastrófico por culpa del granizo. Cada vez nos parecemos más a los ignorantes del pasado, que confiaban en los sacerdotes el devenir del mundo, sólo interpretable por ellos, elegidos, que podían leer en las pipas de las manzanas y decir sobrealimentado sin tropezar ni una sílaba. Vaya mundo.

Cartas

Número de cartas: 45552

Número de cartas en Julio: 13

Tribunas

Número de tribunas: 2069

Número de tribunas en Julio: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador