Carta abierta a un presidente del Gobierno
Deseo darle la enhorabuena a mi presidente, porque al fin, después de ocho meses, le he oído decir que se acabó el diálogo, y que todo se hará dentro de la Constitución, y nada fuera de ella. Mi aplauso más sonado.
Ya era hora que mi presidente se diera cuenta de que dialogar con presuntos delincuentes era tiempo perdido.
Ahora voy a dar mi modesta opinión para echar una mano al Presidente, y no se sienta mal.
¿Que no se pueden aprobar los Presupuestos? Vale, muy bien, pues otra vez será, lo que mi presidente no puede hacer es ese trueque con los independentistas, cuando él sabe que tiene todas las cartas a su favor.
Me voy a explicar: 56 millones de españoles no podemos estar todo el tiempo amenazados por dos millones de independentistas, que no dicen más que bobadas, y en la mayoría de los casos mentiras, y lo que es mucho peor aún, están despilfarrando un pastizal de dinero. Ej.: embajadas, propaganda, viajes, lacitos amarillos, etcétera, algo incomprensible para el resto de catalanes que no son independentistas y para el resto de los demás españoles; ya es hora de que un presidente les ponga en su sitio.
El único camino que tienen los independentistas es el Parlamento, allí es donde tienen que contar a todos los españoles lo que quieren, para que, de una vez por todas, el resto de españoles podamos decidir libremente qué se puede hacer.
Estoy harta de tantos abusos y concesiones que tanto nos están perjudicando a nivel internacional durante tanto tiempo.
Los independentistas, como españoles que de momento son, tienen que respetar la Constitución y tienen que saber que somos un país demócrata, con una de las mejores constituciones del mundo, tal es así que les da la opción de poder hasta cambiarla si no les gusta; así que no nos sigan engañando, mintiendo y haciéndose las víctimas.
Así que, señor Presidente, tenga coraje y diga alto y claro a los independentistas que, de momento, la única solución que tienen es acatar la ley y la Constitución, y acudir al Parlamento.
Espero oírselo decir en su próxima comparecencia pública, y estoy segurísima de que toda España se lo agradecerá.
Rosa Sánchez Diez, Oviedo
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