Una dictadura parlamentaria
Estamos metidos de lleno otra vez en una campaña electoral cansina, que este año se prolongará al menos de momento hasta finales de mayo, y me resulta –cosa que nunca lo pensé– inaguantable.
El nivel que tiene el debate político en los medios –deberían ser más selectivos– y en el propio Parlamento es no sólo bajísimo, sino también inadecuado como ejemplo de convivencia para la ciudadanía, pues se llega al insulto y la descalificación personal como único argumento.
Tenemos dos cuestiones estrella que lo tapan todo: Cataluña y Venezuela. Lo de Cataluña es explicable, porque supone un lastre para la democracia de este país el debate permanente sobre el deseo de independencia de una parte de sus habitantes –no tapar los ojos a las grandes manifestaciones–, pero que la salida sea aplicar el maldito 155 es como matar moscas a cañonazos. Los resultados están ahí, ¡se han multiplicado los independentistas!
Lo de Venezuela no tiene nombre. Bueno sí, es ver la paja en el ojo ajeno... Mientras el amigo americano pretende crear un muro para no permitir el paso de migrantes del hambre y la violencia, envía "ayuda humanitaria" a un país que tiene sus cuentas bloqueadas por quien pretende salvarlos. Y Europa, preocupada por lo que ocurre al otro lado del Atlántico... mientras tiene a miles de seres humanos pudriéndose en campos de refugiados. Hipocresía vergonzante.
Pero por qué no se habla aquí de pobreza infantil, del desempleo juvenil, de precariedad laboral, de la falta de conciliación familiar, de la dependencia en una sociedad que se está envejeciendo, de garantizar unas pensiones dignas como renta familiar, de la sanidad que se nos privatiza poco a poco, de la especulación con la vivienda, del poder supremo de la banca y las eléctricas, etcétera.
Para eso está la clase política que elegimos en las urnas, para eso retornamos a una democracia parlamentaria y no para enriquecerse en los cargos públicos ni para reprochar al rival político lo que tú ya hiciste antes en el Gobierno o no cumplir lo que prometiste en campaña. Debemos denunciarlo.
O esto cambia de una manera drástica o cada vez serán más los votantes que se abstengan de participar o hacerlo sin objetividad. Esto sí que es un peligro para la democracia. Quizá es lo que pretenden los PVC (PP, Vox y Ciudadanos). Pero la izquierda debe ser diferente sumando en lo fundamental. Si no, podemos convertirnos en una dictadura parlamentaria.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo