Una de cal y otra de arena
La señora Valerio, ministra de Trabajo y Seguridad Social, hizo días atrás unas declaraciones que hacen a uno acordarse de inmediato de la tan manida frase de "una de cal y otra de arena".
Resulta que tras tanto tiempo, primero desde la oposición y luego desde el Gobierno, dándonos a los pensionistas la matraca y sacando pecho con el tema de la actualización o revalorización de las pensiones conforme al IPC de cada año, casi como un logro de su Gobierno y afeando al anterior su política de recortes, justo ahora nos salen, según algunos medios de comunicación, con que "el Gobierno rechaza vincular las pensiones al IPC si no hay acuerdo político y social" y que "hay que velar por que las pensiones suban con el IPC, pero también por la sostenibilidad financiera del sistema".
En mi opinión, da la impresión de que la señora Ministra se ha apeado (con perdón) del carro de la demagogia y la propaganda partidista y de pronto ha visto la luz y la claridad de la aritmética en el libro de las cuentas del Sistema Público de Pensiones, que, según se nos dice, lleva tiempo en números rojos o déficit por importe de varios miles de millones. La aritmética es tan tozuda que, por mucho que alguien lo intente, nadie va a conseguir hacerla creer que dos más dos no son cuatro. La política, por su parte, es muy hábil para contar historias y disfrazar la situación según le convenga, pero en este caso parece ser que el socavón es tan profundo que por mucho que se nos quiera presentar como un pequeño bache, ni "doña Aritmética" ni muchos pensionistas, por muy torpes que nos consideren, estamos dispuestos a comprarles la burra coja por mucho que nos la presenten como jaca de carreras.
Por favor, por el bien de las cuentas públicas, por el de los más de nueve millones de pensionistas actuales y por los muchos más que serán a corto y medio plazo, pónganse los políticos de acuerdo, hagan funcionar cuanto antes a la comisión del Pacto de Toledo y aprueben definitivamente algo razonable y viable que haga sostenible financieramente nuestro Sistema Público de Pensiones; de no hacerlo, no quiero pensar en qué quedarán nuestras pensiones.
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