La igualdad no se consigue falseando y mintiendo
En un programa de una cadena cualquiera de nuestras televisiones, da igual, las presentadoras, muchas de ellas con contratos millonarios, llevan trabajadoras que dicen sentirse discriminas en sus respectivos trabajos con relación a los hombres, qué curioso, que una de esas que decía ganar mucho menos que los hombres en su labor de temporeras, decía la verdad pero a medias, en llamada de un empleador dice que ganan menos porque recogen muchas menos fresas, espárragos, etc. que los hombres. Lo cual ¿dónde está la discriminación? Salvo en que todos ellos (hombres y mujeres) son explotados con toda seguridad. ¿Hay necesidad de falsear datos? Luchemos porque a ninguno o ninguna se le pague un sueldo indigno, pero ¡ojo! Se nos cae la baba hablar de competitividad, resultados, productividad, rendimiento... y eso, entra en contraposición con cualquier igualdad posible.
Este tipo de presentadoras desde su confortable posición y desde esa atalaya de poder divulgativo quieren ser lideresas de la lucha de la mujer, para ello no dudan en hacer una televisión populista y barriobajera donde repiten constantemente ese mantra de que una mujer desempeñando el mismo trabajo y con igual rendimiento gana mucho menos ¡mentira! Y si algún caso existe, denuncien o dejen ese trabajo, se están riendo de todos nosotros.
La mujer gana menos porque hasta ahora la ciencia y la tecnología son bastiones masculinos, mejor remunerados; mientras que las mujeres predominan en las áreas de educación y salud con menor salario. La diferencia no queda ahí, las que no estudiaron y se prepararon, eligen trabajos también menos remunerados en el sector servicios, mientras los hombres están en profesiones más valoradas: construcción, minería, siderurgia, etc. Lo cual, todo cuadra, menos para quienes pretendan enfrentarnos a los hombres con las mujeres.
¿Por qué meten a los hombres en su lucha? Claro que tienen todo el derecho a luchar, manifestarse y lograr empleo y salario digno. Pero no mezclen a los hombres y traten de colocarles el sambenito de machistas que no quieren que la mujer se la considere igual o mejor a ellos si así fuera el caso. Es más, muchas mujeres ya demuestran que no existe ese techo de cristal que dicen tener en la imaginación todas aquellas feministas retrogradas que todo lo quieren conseguir a base de enchufe, cuotas o cremalleras.
Un ejemplo al voleo: La señora Ana Rosa Quintana, lideresa feminista por la igualdad ¿ganan lo mismo que usted todas sus colaboradoras? mujeres y hombres tan buenos profesionales y periodistas cómo usted. ¡Dejen de tanta demagogia!
Ahora todos tenemos que tener una sola voz en defensa de datos inventados o mentiras para defender a la verdadera mujer discriminada. Allá donde una sola mujer sea discriminada, deben estar todos los hombres luchando por ella, pero si pretenden, las más inútiles e innecesarias atajos para llegar allí donde no les corresponde, debemos plantarnos todos y todas. Necesitamos arriba los mejores y las mejores, si colocamos por cremalleras y cuotas a mujeres por el mero hecho de serlo, estaremos siendo participes del desastre de empresas, administraciones y gobiernos.
El ama de casa sin consideración por parte de nadie, todos los ancianos de España, donde la mayoría que malvive sola es mujer, con pensión de miseria y esas cuidadoras contratadas las 24 horas por otras mujeres para limpiarles el casoplón y cuidar a su papás y abuelos con salarios ridículos y horarios para encarcelar a alguien ¿estas no están discriminadas? de éstas Ana Rosa y estas feministas en moda ¿Qué dicen? ¿Tendrán posibilidad de alcanzar ese techo de cristal que ustedes tanto anhelan? O más bien seguirán siendo mujeres abandonadas por todos, incluido ese colectivo feminista folclórico y misandrico.
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