Anquela ¡y no hay más!...
Soy abonado del Real Oviedo hasta donde mi memoria alcanza.
Por este equipo han pasado muchos entrenadores, buenos, malos, regulares, históricos y nada históricos, glamurosos y mediáticos, y hasta desmemoriados que tras estar en el club años, no dudaron en renegar de él a la primera oportunidad que se les presentó.
Usted es distinto, es de Jaén, tiene algo que engancha. Es trabajador, leal, serio, y se hace querer por sus subordinados, lo que hace pensar que goza de algo especial. Es Anquela, llamado hace un tiempo “Anqueloti” cuando eliminó al Real Madrid de la copa.
En esta vida no hay nada perfecto, y Anquela tampoco de libra de serlo. Reconociéndole sus cualidades humanas, pongo en duda alguna de sus habilidades técnicas, y con todo respeto tengo que decirle, que la sensación que trasmite e irrita de forma airada a la grada, es que se mueve entre la prudencia y el miedo con sus rivales. Esa línea fina, que no se cansa de explicar en cada oportunidad que tiene, en decir que todos los equipos son tan buenos o mejores que el Real Oviedo, equipo que usted entrena y que ha influido de manera directa en sus fichajes, demostrando que su “erre que erre” está al nivel de nuestro añorado actor Paco Martínez Soria.
Mister, cuando en el marcador nos anuncian el equipo titular para esa tarde, a mí alrededor se genera un murmullo general muy significativo, algo así como: “Vaya, joder, otro vez con un delantero y tres centrales.” “Da igual que venga el Lugo que el Deportivo, a sufrir otro domingo.” Y casi siempre acierta la gente.
Este tipo de comentarios son frecuentes y coincidentes, y me consta que usted lo sabe. A pesar de eso, insiste e insiste una y otra vez.
¿Por qué le cuesta tanto salir un partido con dos delanteros, Joselu e lbra, y con dos centrales, incorporando un centrocampista más en ayuda de los dos habituales?
Si usted tuviera 35 años pensaría que probablemente por falta de experiencia o conocimientos, con 60 que tiene, la sensación que da es que quiere retar a la afición, a la que usted por cierto, les pidió acudir en masa el domingo pasado contra el Lugo y le respondió, algo que usted no hace cuando le pedimos día tras día que haga cambios que no nos haga terminar todos los partidos “agotados” o lo que es peor, “aburridos” de no ver nada en el Tartiere.
¿Quiere usted que el campo se llene?
Ya lo hacía hace años domingo tras domingo, no está proponiendo nada novedoso y perdone que se lo diga así, es muy sencillo, yo le voy a dar la solución: “Juegue al fútbol”. Inténtelo al menos con planteamientos valientes, y verá como la gente va al campo y, le aseguro que los puntos serán menos discutidos por todos.
En mi opinión, goza usted de valores como ya le comenté al inicio de mi escrito, nada desdeñables, y por eso me gustaría que esta carta le hiciera reflexionar.
“La afición le hizo caso y apoyó al equipo el domingo, usted una vez más nos ha fallado poniendo a un delantero que gracias a la función que usted le encarga, en el minuto 40 está asfixiado, y a tres centrales que se liaban entre ellos con las marcas porque el Lugo apenas subía un futbolista al remate, así y todo nos empataron”.
Nosotros le hicimos caso, atendimos su petición ahora le toca a usted...
Anquela, ¡sí hay más!...
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