De Madrid a Corigos
Corigos es hoy un importante poblado del concejo de Aller, situado entre Moreda y Piñeres, cuyas casas fueron construidas en su día por la empresa constructora Matos y Alberola, de Madrid. Era su delegado y representante en Asturias, con sede en Oviedo, un joven madrileño llamado Felipe Acha Yagüe, que puso alma y profesionalidad en todo cuanto se hizo y edificó en Corigos, que sigue recordando hoy con cariño, al igual que a Aller y Asturias, para él “los lugares más típicos y hermosos que he conocido en mi vida profesional”. Naturalmente que lo son.
Cuando se fue de Asturias, Felipe Acha se independizó, formó su propia empresa constructora y se situó en Málaga, construyendo por toda la Costa del Sol con éxito y consiguiendo un gran prestigio, muy merecido. De todas sus obras y construcciones realizadas, cabe destacar cuanto hizo en el Rincón de la Victoria (Málaga), y que es donde él se ha retirado y vive, en el lugar conocido por La Añoreta, famoso por su campo de golf, obra suya también y de su propiedad. En todo su entorno hay unas grandes urbanizaciones, a cual mejor, y a una de ellas, a la hora de bautizarla, un allerano que vive allí le puso el nombre de su pueblo, y hoy es la urbanización “Caborana”.
Todo esto viene a cuento porque acabamos de estar con Felipe Acha Yagüe, y ambos hemos rebobinado el tiempo y recordado cosas y hechos de un pasado muy lejano ya, predominando en él Asturias, Aller y “su” Corigos.
Como el mundo es un pañuelo, resulta que en la empresa constructora de Felipe Acha es en la que el allerano Evaristo G. Argüelles, de Serrapio, aportó la pasta que había ganado en Venezuela asando carnes, lo que no deja de ser una curiosa coincidencia. A los dos les vino al pelo la aportación monetaria, además de una buena “amistad allerana”, porque Evaristo triplicó las perras bolivarianas y Felipe puso su empresa al nivel de las demás de la Costa del Sol. Y en ello creo que Aller influyó y jugó un importante papel.
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