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El rosario de mi madre y todo lo demás

8 de Marzo del 2019 - Isabel González Fernández-Argüelles (Avilés)

Tuve muy buena suerte. Tuve unos padres que con un niño y dos niñas se las apañaron toda la vida para inculcarnos los mismos valores. Leíamos los mismos cuentos; nos hacíamos las mismas brechas trepando y jugando juntos; practicábamos los mismos "deportes de calle"; y los domingos íbamos al catecismo encantados los tres para después de misa leer los mismos tebeos en "sesión vermouth".

La vida va separando los destinos de las familias y la personalidad de cada uno va forjándose con la influencia de numerosos factores externos. Hasta aquí todos de acuerdo. Lo que no deja de asombrarme es que muchas mujeres que se autodenominan "feministas" se apropien el llamado "Día de la Mujer" de nuestro género femenino, el de todas, para adoctrinar con sectarismos a toda la que se deje deslumbrar por un supuesto concepto de igualdad sesgada que en gran parte no lo es.

Igualdad para mí es el apellido de libertad.

Igualdad es que los padres y madres podamos inscribir a nuestros hijos e hijas en centros educativos públicos, concertados o privados, sufragados con nuestros impuestos y patrimonios conforme a Ley, sin que los niños y niñas de un colegio elegido por las convicciones religiosas y morales de sus familias se vean ridiculizados e incluso discriminados en algunos medios por ser estudiantes católicos. En cambio se permite toda clase de privilegios a hijos de otras confesiones cuyas mezquitas y lugares de culto van siendo normalizados en toda la geografía española.

Igualdad es que a todos los ciudadanos y ciudadanas se les apoye en la obtención de una primera vivienda, sin discriminación por etnia, raza, color o país de origen, evitando así la segregación por barrios que acaban convirtiéndose en verdaderos "ghettos" marginales.

Igualdad es que, finalizadas las ayudas por desempleo, una persona española que pagaba un alquiler o hipoteca mientras disfrutaba de un puesto de trabajo que ahora pierde, tenga los mismos derechos para acceder a subvenciones de emergencia que personas llegadas de otros países a quienes se ayuda prioritaria e institucionalmente a iniciar una vida digna en España.

Igualdad es que las mujeres y hombres integrantes de las Fuerzas de Seguridad no sean tachados de racistas por identificar y detener a un presunto delincuente de una etnia o raza diferente, cuando está totalmente normalizado y aceptado que lo hagan velando por la seguridad de todos si el que infringe las leyes es un ciudadano o ciudadana español nativo.

Igualdad es querer los mismos derechos para nuestras hijas que para nuestros hijos, sin leyes que discriminen a los machos por el simple hecho de tener un apéndice exclusivo. Alguna jovencita "despechada" instruida maliciosamente en las redes sociales sabe que actualmente en España, si se presenta en una Comisaría como venganza diciendo que Fulanito la maltrató, el pobre "pringao" pasa dos noches a la sombra sea verdad o mentira, sin que un parte de lesiones certifique el supuesto maltrato por ausencia de las mismas. Luego, cuando ella misma lo desmiente, no se le impone ningún castigo legal por denuncia falsa, en aras (en mi opinión injustamente) de la protección a las verdaderas maltratadas que supuestamente dejarían de denunciar. Por eso manifiesto todo mi apoyo a las campañas contra el verdadero maltrato a la mujer, pero también deberían emplearse idénticos recursos contra el maltrato en el ámbito familiar a muchos niños, hombres y ancianos.

Igualdad es el derecho que tengo a expresar libre y voluntariamente en este amable periódico todo el respeto a tantísimas mujeres que en el pasado lucharon por el voto femenino y demás derechos civiles de las mujeres arriesgando la tranquilidad y seguridad de sus familias, para que en la actualidad seamos iguales legalmente a los hombres pudiendo presumir de nuestras diferencias.

Y desde aquí mi humilde reconocimiento a tantas luchadoras que en los años duros de la posguerra española trabajaron y estudiaron codo con codo entre hombres, dando a luz a las generaciones que hoy disfrutamos de la igualdad y la libertad.

Este es un homenaje a todas ellas, especialmente a mi madre.

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