Mujeres y hombres son desiguales, también entre sí
Cualquier persona o colectivo tiene el derecho a reclamar que se le resarzan las injusticias, los agravios hacia su persona y las arbitrariedades o atropellos en el desempeño de su profesión. La mujer no podía ser menos. Hasta aquí todos de acuerdo.
Para reivindicar nuestros derechos debemos ser creíbles, con argumentos serios y alejados de toda demagogia, arribismo o egoísmo personal. No se puede convocar manifestaciones folclóricas cuando estamos pidiendo que a la mujer se la proteja de la violencia que sufren a manos de sus parejas. Si generalizar está mal, hacerlo usando las desgracias y acumulando cifras y número de víctimas para marcar a fuego a los malos (hombres) de esta sociedad; lo es aún peor mezclando añadiendo un manifiesto con varios puntos contradictorios, donde se mezcla desigualdad, discriminación, religión, inmigración, orientación sexual, pensiones, recortes, corrupción... tal programa electoral. Asumen en él que solo la mujer sufre estas sinrazones.
No pueden ser más sensacionalistas y populistas, iría que más allá si no fuera porque les asiste razones para estar molestas muchas mujeres con esta sociedad. No con los hombres cómo quieren hacer ver las jovencitas mal criadas que cantan y bailan con pancartas insultantes y carentes de todo respeto hacia lo que reclaman.
Me encantó el artículo de la escritora Susana Pérez-Alonso. Como dirían en el programa de Wyoming "mujer tenías que ser" ¡claro que mujer! Además de una profesional que no necesita reivindicar cuotas y cremalleras para sentirse persona realizada y no manipulada. Al contrario de todas estas abanderadas del feminismo moderno que no piden la igualdad de oportunidades y la consideración hacia sus peculiaridades con la maternidad y otras diferencias que Susana expresó mejor que yo, que no les impida realizarse cómo persona y profesionalmente. He seguido la rebeldía de esta mujer contra su propio partido que la suspendió de militancia por ser critica con un tema de primarias o denunciando a la consejería de Sanidad por la protecciones datos. En una palabra, mujer que sabe defenderse y en las que debieran apoyarse estas imberbes feministas que solo saltan de alegría por faltar a clase. Se suman fácilmente a toda manifestación y huelga, da igual el sentido de la misma, lo importante es pirar clase. Van acompañadas de sus mamás cantando lemas insultantes en contra de los hombres, o sea, en contra de: su profesor, de su papá, del abuelo y de su hermano.
Reclamar igualdad y cuotas al mismo tiempo, es descaradamente sentirse inferior. Ustedes deben ponderarse y ponderar su argumento y no seguir con ese feminismo de batucada y salón como bien dice Susana.
Vivimos en España, quizás una de las sociedades más injustas dentro de todas las demás que son aún peores. Luchemos todos, hombres y mujeres para mejorarnos la vida y la convivencia, no sigamos repartiendo victimismo y culpando al otro género de todas nuestras limitaciones, prejuicios o ambiciones sin resolver. Así solo dividiremos fuerzas y nos haremos más timoratos y desconfiados entre nosotros.
Son temas de vital importancia el tratar de disminuir las muertes y agresiones a mujeres, también poner soluciones a esa traba intrínseca por ser mujer a la hora de decidir ser madre y compaginarlo con la profesión sin ser discriminada por ello, cómo para salir a la calle con charangas, tambores y panderetas en un jolgorio festivo anual.
Es curioso, el colectivo más vulnerable son los ancianos. Entre ellos, millones de mujeres que viven solas, sin que estas párvulas feministas de pandereta y charanga pidan respeto y consideración para este colectivo al que le debemos todo. Reclamen más y mejores residencias, mejores pensiones y que ni una sola mujer, ni un solo anciano se sienta desamparado por esta sociedad. Ustedes feministas solo reclaman techos de cristal, miren abajo y quizás logren apreciar la simpleza con la que reivindican sus derechos.
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