La eterna juventud
Mi nombre es Manuel Martínez Suárez. En estos momentos curso primero de Bachillerato en el Instituto de La Ería y soy consciente en plena adolescencia que en los tiempos que vivimos un chico o una chica de mi edad pasamos de que no se nos consideren ni niños ni adultos, por lo que creo que la educación en una familia es imprescindible para poder alcanzar la madurez, que no deja de ser un reto muy importante en nuestros años de juventud.
Con esta carta me ofrecen la oportunidad de expresar un deseo de muchos jóvenes de poder salir del estereotipo que se nos crea en la sociedad del infantilismo que echa de todo la culpa a otras personas, incluso la de sus propias acciones. Por lo que observo en algunos de mis compañeros y amigos, tenemos una frase que se repite en boca de todos, el "yo no he sido", y que con mucha frecuencia dicen los niños, pero parece ser la filosofía de las personas que no quieren crecer y a las que les da miedo enfrentarse a esos inconvenientes, que esas equivocaciones traen consigo.
Desde mi punto de vista y por lo poco que tengo de experiencia en la vida creo que es muy importante llevar una responsabilidad de ser consciente el darse cuenta de sus propias acciones, aunque uno no crea que tenga ninguna importancia por insignificantes que sean. Por un lado está muy bien disculparse y por otra parte el buscar justificaciones de todas aquellas acciones por erróneas que sean.
Considero desde mi punto de vista que la educación que nos enseñan nuestros padres en el ámbito familiar es de lo más importante para poder crecer con unos valores, que hoy en día se están perdiendo en la sociedad, aparte del carácter y la personalidad que cada uno tenemos como insignia de nuestro desarrollo como persona, además de ser firmes en nuestros pensamientos y obras.
Nunca es tarde para pensar en nuestro crecimiento como persona y creo que el paso más importante consiste en reconocer que nos pasamos toda la vida aprendiendo, puesto que uno de los pasos a seguir al salir de la adolescencia es la mayoría de edad, siendo una de las claves en nuestra fase de gran cambio a lo que nos espera en la sociedad.
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