La Nueva España » Cartas de los lectores » La monja Olga repartiendo moralina

La monja Olga repartiendo moralina

15 de Marzo del 2019 - José Viñas García (Oviedo)

Tanto usted cómo los curas con galones quieren dar lecciones y consejos inmiscuyéndose en los poderes civiles, algo que incluso Jesús dejó resuelto con aquello de "al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios" ¡pero no! Ustedes cómo son incapaces de resolver sus propias dudas y de catolizar a las gentes que se van de las iglesias, ahora pretenden copar los medios de comunicación usándolos como púlpito. No para predicar y rezar convenciéndonos a todos de que la Iglesia católica es el mejor lugar para apoyarse directo hacia Dios ¡no! qué estaría mal, ya que ustedes tienen sus hojas parroquiales, medios de comunicación propios financiados por todos nosotros, catedrales e Iglesias para sermonear y hacerse creíbles. Los medios de comunicación independientes tienen que mostrarse neutrales de toda ideología que se nos quiera meter a calzador.

Ustedes mismos (la conferencia episcopal a la cabeza) se encargaron de echar de las Iglesias a las gentes. Incapaces de mejorar sus proclamas fuera de aquellos miedos, pecados e infiernos de antaño, donde a los adolescentes durante siglos se les impartía una enseñanza sexual y sensual que les reprimía y paralizaba a la hora de explotar y disfrutar de las sensaciones que su mente y cuerpo les regalaba con el paso de niño y niña a hombre y mujer. Ustedes pretendían a base de miedos que se quedaran para siempre relegados a una niñez comprimida. Mientras, ustedes hacían de las suyas a pesar del voto de castidad. El celibato lo respetaban de cara al exterior. Pero lo que era tabú, pecado e infierno para los demás, ustedes para sus adentros hacían sus cositas ricas cómo podemos comprobar por los casos y cosas que salen a luz entre curas y monjitas y otras más graves que no merece repetirlas. Esa es la moralidad señora Olga de la que debiera hablar. No injerir y tratar de hacer comprender que las leyes que entre todos nos damos deben incumplirse ¡ya sé! repite varias veces que las leyes hay que cumplirlas, pero por otro lado aconseja que nadie -absolutamente nadie- puede obligársele a hacer algo que no quiera por muy legalizado que este, así recalca. ¡Curioso verdad!

Precisamente las leyes están para aquellos que pretenden incumplirlas e ir de por libres, hacer lo que quieran, no respetar y poner limite a su libertad, que termina, no con la moralina eclesiástica, si no, donde empieza la de los demás y los límites que nos marcamos. ¿Cómo que a nadie se le puede obligar a hacer lo que no quiere? Imagine que usted pretenda circular por la izquierda cuando todos y el código de circulación (la Ley) marca que deben ir por la derecha. ¡Ya sé por dónde van los tiros! Divorcio, aborto... pero incluso en estos casos, la ley no obliga a divorciarse y abortar a nadie, está para proteger y amparar a quien si lo hace precisamente de moralinas cómo la suya. ¡Ya ve! Si se impone la insumisión particular que usted proclama, sería el caos.

Por si en ese monasterio no llega, le recuerdo que estamos en una democracia, lo cual, decir que a lo largo de la humanidad se promulgaron leyes injustas para justificar que ahora debe prevalecer la sensiblería de cada cual sobre las leyes que nos marcamos, es engañar al personal. Eso en una monjita está mal. Las leyes claro que se cambian, pero son el catecismo que Dios nos impuso para gobernarnos a nosotros mismos hasta que lleguemos a su Reino. De lo contrario, Dios estaría regulando nuestra convivencia. Lo más cercano a esto son ustedes, sus representantes en la tierra, pero me temo que en efecto, a lo largo de la humanidad hemos tenido ejemplos de cómo la Iglesia cometió tropelías y crímenes horrendos cuando quiso imponer sus creencias a base de miedos, pecados y llegando a la violencia más extrema. ¿De qué moralidad nos habla madre Olga?

No hay ninguna ley que diga que el tabaco es bueno, es más, hay una ley prohibitiva según qué casos, qué decir de la esclavitud, no son ejemplos dignos de una intelectual para tratar de devaluar las leyes del poder terrenal en una democracia avanzada cómo la nuestra. De otras leyes podremos estar de acuerdo o no, pero las leyes jamás deben ser consideradas por moralinas. Cada cual tiene su propia sensiblería, y hacer una ley para cada uno es imposible.

Dios podría haber sido más concreto, dejar claro que la Iglesia de Pedro además de promulgar y catolizar la fe, debería gestionar, gobernar, legislar y aconsejar sobre leyes y normas de convivencia de los hombres para casar la moralidad y la legalidad. Si recuerda, en tiempos pasados lo intentaron sin tener ese encargo divino y no solo se saltaron moralidad y legalidad, es que fueron crueles hasta más no poder por querer imponer sus moralinas y creencias.

Solo espero que Dios vuelva algún día a la tierra a poner claro el mandato a sus apóstoles terrenales, el actual se quedó anclado y devaluado por ustedes mismos. La gente sigue creyendo en Dios, pero no en ustedes. Los sentimentalismos, emociones, creencias y sensiblerías son intransferibles y personales, legislar con ellos sería cometer los mismos errores de un pasado a olvidar. El buenismo a la hora de legislar y mandar se topa de frente con los caras duras, golfos, corruptos, violentos, manipuladores, defraudadores, etc. y entonces se da cuenta que las normas deben a veces parecer injustas para algunos, para que todos las cumplamos. De eso saben bien ustedes, de leyes injustas para aplicar su moralidad. La hoguera era la ley de la iglesia para los que intuían herejes. ¡¡¡Moralidad madre Olga!!!

Cartas

Número de cartas: 45539

Número de cartas en Junio: 166

Tribunas

Número de tribunas: 2067

Número de tribunas en Junio: 10

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador