Donde Dios quiere la vida la tentación pone la muerte
“En ese momento Jesús entra en el corazón”.
En los ejercicios espirituales de los aspirantes de A.C.E. (Juniores) de San Tirso y San Isidoro, Oviedo, dirigidos por D. Luis Legaspi y D. José Espiña, y un servidor como educador, les di la charla “Las 3 verdades ante las 3 tentaciones”: Muchachos, la próxima Cuaresma nos prepara para la solemne celebración de la Pascua de Resurrección del Señor. Jesús, nuestro buen amigo en el Evangelio, nos pide ser valientes en las tres grandes tentaciones: el orgullo, el poder y la riqueza. Jesús va lleno del Espíritu Santo y de la Gloria de Dios Padre, tras su bautismo por San Juan, Jesús marcha de la multitud de río Jordán a la soledad del desierto –como estamos haciendo nosotros en estos ejercicios; vino para hacernos triunfar del mundo y sus tentaciones, se retira para ayunar y pasar hambre como pasan millones de hombres ¡pobres!: nuestra vida es un combate continuo entre el bien y el mal; el primer hombre, Adán, sucumbió en la tentación enredado en los engaños del maligno; en cambio, Jesucristo, el nuevo Adán, permite que las tentaciones surjan, Jesús las vence, y nosotros ¿por qué no? La tentación y nuestra maldad vieron que al cabo de 40 días daba señales de tener hambre y el demonio creyó ser el momento de convencerle y de saber si es el Hijo de Dios, y le dice: “Si eres el hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”, pero Jesús no usa el poder de hacer milagros para librarse del ayuno y menos para ostentación propia. Por otra parte, en la vida de los hombres y mujeres hay algo más importante que llenarnos de comida, y es procurarla para los que tienen hambre, y nosotros siguiendo a Jesús estamos como Él para librar, incluso a los ricos, de la esclavitud de la materia, el dinero y el poder absoluto.
Amigos, Jesús está aquí para hacernos hombres de esta tierra, serlo también del cielo con los pies aquí y en el suburbio. Jesús quiere que le busquemos atraídos por su presencia entre nosotros: así con los ojos de nuestra fe le vemos en la consagración del pan y del vino y nos sentimos unidos todos con el Señor..., aunque tengamos hambre con los que tienen hambre, dolor con los enfermos y la misma muerte como a tantos en España y en el mundo desprecian, persiguen y, antes o después, llevaron a la tumba o a la fosa común como ocurrió en nuestra guerra incivil.
Hermanos/as: sin la fe, el mundo perece de falto del oxígeno de las buenas obras de los cristianos y de los buenos hombres y mujeres de todos los siglos. El Papa Juan Pablo I dijo: “El mundo sabe que la tentación de sustituir a Dios con la decisión autónoma que prescinde de las leyes morales lleva al hombre moderno al riesgo de reducir la tierra a un desierto, la persona a un autómata y la convivencia fraterna a la colectivización planificada, introduciendo, no raramente, la muerte allí donde, en cambio, Dios quiere la vida”.
José Fuentes y García-Borja, canónigo de la Catedral
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo