Ni autopistas ni «Aves» innecesarios

Anuncia el Gobierno de la nación una reducción del gasto cifrada en cincuenta mil millones de euros para los próximos cuatro años, y el ministro Blanco afirma que se verán afectadas las infraestructuras, especialmente las carreteras. De acuerdo a la población, a Asturias le correspondería una «no inversión» superior a los mil millones de euros. Pero quién sabe...

Veamos: una región de poco más de un millón de habitantes concentrados en la zona central en un porcentaje altísimo que llega al 85%, y con unas perspectivas demográficas que no anuncian un aumento perceptible de población en los próximos años.

Y, sin embargo, tras los «éxitos» indiscutibles y alabados por todo el orbe (desde Vladivostok a Ushuaia) del campus de Mieres, de la variante de Bimenes o del peaje del Huerna se sigue machacando a los asturianos desde diversos (aunque es justo reconocer que no desde todos) los ámbitos económicos, políticos, empresariales y hasta sindicales, con la «necesidad imperiosa» de construir un AVE del Cantábrico, una autovía desde nada menos que La Espina a Ponferrada, y otra autovía desde Arriondas o Cangas de Onís a las cercanías de Ribadesella, para conectar con la del Cantábrico... Repasemos algunos de estos proyectos:

1. AVE del Cantábrico, que enlazaría el proyectado desde la frontera francesa-Santander con Galicia. Es decir, un costurón de 250 kilómetros que recorrería la costa asturiana desde Bustio hasta Vegadeo, con una única estación central entre Oviedo y Gijón, porque así es el AVE. Inversiones astronómicas, dificultades técnicas en el límite de lo posible en varios puntos de la geografía asturiana, y un ferrocarril ultrarrápido que jamás sería rentable, porque ¿cuántos trenes diarios llegarían a necesitarse para que ello fuera así? ¿Hay «mercado», señores idólatras del mercado, para llenar diez o quince trenes al día entre el País Vasco y Galicia? ¿En qué país de las maravillas vivimos? ¿No resultaría infinitamente más barato y más eficaz tratar de modernizar la estupenda red de ferrocarriles ya existente en Asturias? Porque en nuestra región todas las poblaciones de cierta importancia, excepción hecha de las dos Cangas, de Villaviciosa y de Tineo, cuentan con comunicación por ferrocarril. Dicho de otra manera, la inmensa mayoría de los asturianos podemos ir caminando en pocos minutos a una estación ferroviaria, caso probablemente poco frecuente en el resto de España. Olvidemos los trescientos kilómetros por hora del AVE para una minoría, y habilitemos la Renfe y el Feve en Asturias para que puedan circular a la mitad de velocidad, y favorezcamos el transporte ferroviario de pasajeros y de mercancías. Eso sí beneficiaría a casi todos los asturianos. Dicho esto, también es preciso desear que el AVE a Madrid no sufra más retrasos, porque éste sí que es necesario.

Por otra parte, uno de los argumentos que se barajan para favorecer la opción del AVE del Cantábrico es la conexión con el eje del Ebro. Lo más lógico sería aprovechar el corredor del norte de León, Palencia y Burgos, a lo largo de la autovía León-Burgos, infinitamente más asequible desde un punto de vista económico y ambiental, si es que el proyecto de AVE sigue adelante.

2. Autovía La Espina-Ponferrada. Déjenme decirles que en 2004 hice un viaje de diez mil kilómetros en coche por buena parte de Europa Occidental. Como detalle curioso, entre las dos capitales escandinavas de Oslo y Estocolmo no hay ninguna autopista ni autovía. Una carretera normalita parece que les es suficiente para recorrer los seiscientos kilómetros que las separan. Y nosotros pretendemos hacer una autovía que estaría prácticamente vacía, sin tráfico, entre Ponferrada y La Espina, cuando ya existe una autovía entre Ponferrada y Astorga, y esta última localidad y el centro de Asturias, adonde se dirige la inmensa mayoría del tráfico rodado, están conectadas por una autopista excelente e infrautilizada.

Hace dos o tres años (podría precisar el día exacto) le comenté lo anterior, es decir, la barbaridad de construir tal autovía, a un lato funcionario técnico del Principado cuyo nombre no se me ocurrirá revelar, por consideración a esa persona. Coincidió conmigo, pero añadió que seguramente una vez hecha atraería algún tráfico. Le dije que sí, que yo mismo iría alguna vez para verla, pero que las infraestructuras deben construirse cuando se necesitan o cuando se prevé que serán necesarias en un futuro cercano. Y no es éste el caso.

3. Autovía del Sella, túnel de la Collaona para facilitar (¡) el tráfico alto Nalón-alto Aller, autovía La Robla-Campomanes... ¿hay quien dé más?

Les sugiero al Ministerio de Fomento, a los gestores de los fondos mineros y a las diferentes consejerías del Principado involucradas lo siguiente: eliminen el peaje del Huerna de una vez por todas, aceleren la terminación del enlace en Siero de las autovías Minera y del Cantábrico, y de los tramos que restan en esta última en Oriente y Occidente, vayan ensanchando y mejorando los firmes de varias carreteras en la medida de lo económicamente posible, modernicen los ferrocarriles ya existentes y, si todavía quedaran recursos, afronten la autovía Pola de Laviana-Avilés, inicien el tercer carril de la «Y» griega, y eliminen su infernal rodadura de cemento. Hay un compuesto magnífico, que utiliza como base el reciclado de neumáticos de desecho para obtener un producto muy superior al cemento y al asfalto: más duradero, más silencioso, con mejor agarre y mucho menos abrasivo. No nos vendría nada mal una inversión así en Asturias: una fábrica de ese compuesto para dar salida a las decenas de miles de neumáticos que cada año se eliminan, y para reasfaltar las carreteras del Principado, empezando por esa tortura y ese dispendio (en consumo de gomas, suspensiones, generación de ruido, etcétera) que significa circular diariamente por la «Y» griega.