Un mazazo para el HUCA
Como trabajadores del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Central de Asturias hemos asistido, en los últimos años, al progresivo deterioro de la asistencia sanitaria, agravado en los últimos días por los lamentables hechos relativos al cese de trabajadores interinos de los que su periódico ha ofrecido puntual información.
Somos un grupo de profesionales comprometidos con la Sanidad pública, a la que hemos entregado todos nuestros esfuerzos formativos, asistenciales y docentes, que nos hemos decidido a hacer pública esta carta ante la penosa situación a la que nos ha llevado la errática dirección del SESPA, más preocupada por cuadrar sus números contables que por atender las necesidades de salud de la población asturiana.
En los últimos años, el Hospital Universitario Central de Asturias, en medio de condiciones casi siempre desfavorables, ha visto desarrollarse grupos de trabajo que han intentado modernizar la asistencia sanitaria, poniéndola a la altura de la medicina que se realiza en centros de referencia nacionales e internacionales. Este desarrollo se ha logrado con el esfuerzo de personas jóvenes que, en condiciones precarias de trabajo, no han dudado en dedicar su vida a este fin, dejando de lado, en muchos casos, ofertas de puestos fijos en trabajos más convencionales. Todo este esfuerzo, ilusión e innovación se vienen ahora abajo por la arbitrariedad de una medida administrativa que, en un alarde de improvisación y ausencia completa de planificación, rompe programas, trunca ilusiones y sitúa de un plumazo la medicina del HUCA al nivel de hace más de diez años.
En el Servicio de Neurología, y por el trabajo de nuestra compañera ahora cesada, se inició en el año 2009 un programa pionero en el país de manejo del Ataque Isquémico Transitorio en Urgencias. Merced a dicho programa, que fue realizado sin apenas recursos, a base del esfuerzo de racionalización de los ya existentes, se consiguió proporcionar a nuestros pacientes una atención completa, diagnóstica y terapéutica, en menos de 48 horas, evitando los riesgos inherentes a la demora de los estudios y, de paso, evitándoles el ingreso hospitalario, que era la vía habitual (y desgraciadamente vuelve a serlo) de manejo de esta patología. Este programa, además de los beneficios que supuso para la salud de nuestra población, evitó en el HUCA, en los primeros nueve meses de funcionamiento, más de 1.400 estancias hospitalarias, con un ahorro estimado de 840.000 euros. Sin el concurso de nuestra compañera, este programa está interrumpido, dado que la sección de Patología Neurovascular se ve mermada en un efectivo y la persona que se incorpora por traslado (a quien acogemos con estima y aprecio) lo hará en otra sección distinta del servicio, para la que está más capacitada.
Esta carta no surge sólo de la indignación, al ver cómo nuestro servicio sufre una afrenta más con el desplazamiento de una de nuestras compañeras más vocacionales. Surge también de la evidencia que tenemos, como usuarios con observación privilegiada, de que para la Administración actual, la Sanidad Pública no es una prioridad y la dilapita en un acto bárbaro e irreflexivo, y la sume en el caos, porque desgraciadamente los mismos hechos se repiten en otras unidades y servicios del HUCA.
Por todo ello manifestamos nuestra más enérgica disconformidad y la total solidaridad con nuestra compañera, hasta las consecuencias que sean precisas.
Carlos Hernández Lahoz y 37 firmas más, Oviedo
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