En memoria de Manolo Herrero
En una de las rutinarias y ya últimamente más frecuentes visitas al hospital para reconocimientos, análisis y transfusiones falleció de forma inesperada, víctima de un derrame cerebral, don Manuel Herrero González-Solar.
Desde hace dos años venía luchando contra una dura enfermedad: «Síndrome mielodisplásico» y dada su gran vitalidad durante este tiempo superó diversas crisis, hasta tal punto que estaba animado a reiniciar la práctica de su gran afición: el golf.
Manolo Herrero, nombre por el que se le identificaba socialmente, fue una persona que mereció el aprecio de quienes tuvieron y tuvimos la oportunidad de tratarlo, por su singular empatía y condescendencia, floreciendo una amistad reconfortante al momento de comunicarse con él.
En el golf, su gran afición deportiva, fue una de las personas más relevantes de Asturias. Empezó a practicarlo desde los inicios en la región de este deporte. Comenzó en el Campo de Golf de Castiello hace ya la friolera de 50 años. Fue directivo de este prestigioso club y también del Real Club de Golf La Barganiza, los dos clubes más antiguos y entre los de más solera del país. Poseía una de las primeras licencias de España 2281 y hoy superan las trescientas veinte mil, siendo considerado como jugador, impulsor, apasionado y caballero del golf. Un periodista deportivo lo definió magistralmente como «un histórico del golf».
Consiguió infinidad de trofeos, setenta me contaba. Alguno de ellos lo obtuvo jugando juntos torneos por parejas, yendo a jugar las finales a los campos de Sotogrande, en Cádiz, uno y otro a Santiago de Compostela y Rías Baixas, campo de Meis, invitados por las entidades patrocinadoras, acompañados de nuestras esposas. Hago alusión a estos acontecimientos porque vivía aún Teresa, su mujer, extraordinaria persona, de grandes conocimientos y conversación fluida y animada que falleció poco después de forma repentina. Fue un duro golpe, asumido por él y sus hijos con la entereza cristiana que acompaña sus vidas.
En septiembre de 2008 la afición golfista le rindió un merecido homenaje, en el Real Club de Golf La Barganiza, en el que jugadores y amigos junto con las máximas representaciones del golf, federaciones, asociaciones, clubes en el ámbito regional y nacional, firmas comerciales y medios de comunicación manifestaron con su asistencia y participación las cualidades deportivas y humanas de Manolo Herrero. Un acto que, en palabras de sus familiares directos, significó un revulsivo y tuvo efectos revitalizadores en su delicado estado. Y efectivamente se notaba su mejoría, hasta tal punto que estaba ilusionado con volver a jugar.
Manolo Herrero fue miembro secretario, entre otras, de la Asociación de Amigos de la Catedral y siempre destacó por su altruismo, solidaridad y sensibilidad por los problemas humanos de la sociedad. En el campo empresarial fue consejero de Unión Mutua de Seguros. Un amigo suyo en el consejo afirmaba con rotundidad en las exequias «era todo un señor», y añadía: «un hombre de señorío».
Persona de fe. Ha sido ejemplar en los órdenes familiar, deportivo y social. Se fue con el incalculable tesoro del amor de sus hijos, Jorge, Leticia, Inés y Mónica, yernos, nietos y toda su familia, así como de sus amigos, incluyendo los que, merced a su dedicación e impulso, configuran la creciente nómina de aficionados al golf.
¡Adiós, Manolo, querido amigo y compañero! Tu swing fue espectacular. Tu vida, función de vital trascendencia, un ejemplo. Ahora descansa en la paz de tu Dios. Y con nuestra oración, en esa paz que conseguiste, te recordaremos.
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