Archivo Histórico de Asturias y reducción de servicios
El pasado 22 de marzo se inauguró la nueva sede del Archivo Histórico de Asturias en uno de esos actos en los que se deja bien patente la muy nutrida representación de las administraciones públicas. Quiso la organización de ese evento que los usuarios de ese recurso cultural estuviésemos presentes, pero la cita (un lunes a las 11.15 horas) no contempló la necesaria conciliación vital del común de los ciudadanos, o se es investigador profesional, parado, jubilado o rentista o, de lo contrario, es difícil acudir a una convocatoria similar.
Dos días después de su inauguración, y en horario vespertino, acudo a esas nuevas instalaciones para continuar el trabajo que llevo haciendo en los últimos años, en parte centrado en los fondos documentales de ese Archivo, llevando una desagradable sorpresa: el horario de atención al público se ha reducido, a pesar de la información que aparecía en la página web de ese recurso cultural ese mismo día (se había actualizado la dirección, pero no los nuevos horarios de atención al público).
Hasta el cierre de su antigua sede, el archivo tenía un horario de uso, de lunes a viernes, de 9 a 14 y de 16 a 19 horas, habiéndose suprimido el servicio los sábados en horario de mañanas, desde hacía más de un año. Continúa la reducción del horario de acceso de usuarios, suprimiéndose tres de las cinco tardes que permanecía abierto, y modificando el horario vespertino de las dos en las que se presta servicio (de 15 a 18 horas, en vez de 16 a 19 horas).
Desde que soy habitual usuario del Archivo Histórico de Asturias disfruto de un buen servicio ofrecido por un personal entregado a su trabajo y de una amabilidad y diligencia encomiables, a pesar de que en muchos casos la categoría profesional por la que están contratados es de inferior nivel del que debiera exigirse para el desempeño de sus funciones. Esta calidad del personal viene supliendo, en la medida de lo posible, la evidente falta de recursos humanos de los que (no) está dotado el Archivo.
Así las cosas, disponemos de unas modernas y amplias instalaciones en las que se custodian, y con las que se trabaja, las principales fuentes documentales primarias de Asturias, cuyos horarios de atención al público son lo suficientemente restringidos como para imposibilitar su uso a gran parte de la población interesada en hacerlo.
Seguramente que más de un cargo electo, o electo del electo (léanse eufemismos tales como cargos de libre designación, de confianza o de asesoría), estará pensando en una rápida respuesta basada en la actual situación de crisis y necesaria contención del gasto; por favor, absténganse de tal cosa porque uno no está para escuchar groserías argumentales de tal calibre.
A quien competa: los servicios públicos son el principal producto de las administraciones públicas para asegurar derechos de los ciudadanos, y no una regalía que los administradores les otorgan de manera arbitraria. Yo, como muchos ciudadanos, quiero seguir siendo un usuario de servicios, y no un beneficiario de voluntades políticas.
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