El debate, apéndice
Como diría Fermín, el de "Aquí no hay quien viva", ha habido un giro dramático de los acontecimientos. El magnífico asesor de Pedro Sánchez estaba encantado con el debate en la televisión privada y sabía perfectamente que el coste de no ir a la televisión pública sería mínimo en comparación con el beneficio electoral de visualizar ante los espectadores que la alternativa a un Gobierno socialista es el que se ha dado en llamar "Trifachito", por la suma a los ultraderechistas de Vox. Pero había un inconveniente con el que ese asesor no contaba, los entrevistadores no solo iban a preguntar, por primera vez podrían repreguntar, y eso tenía mucho peligro para los que llevaran el guion hecho de casa. Ahora, tras la decisión de la Junta Electoral, ya no hay argumentos para no hacer el debate en la televisión pública, donde los de Vox no iban a estar porque no tienen representación parlamentaria y lo prohibía los estatutos de RTVE. Sinceramente, no creo que sea, a la vista de lo que podría haber sucedido, nada malo ni para el PSOE ni para Vox, porque ahora a Pedro Sánchez no le podrán repreguntar y los de Vox cuanto más calladitos están es cuando más votos obtienen. El reto es ahora para Casado, Rivera y Pablo Iglesias, porque diciendo que vas a bajar todos los impuestos al mismo tiempo que subes el gasto, con excesos verbales o centrando tu discurso en que te han espiado no vas a conseguir muchos votos.
J. J. J. Suárez González
Gijón
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