El viaje de Casado al centro
Al fin se descubre, merced a la brutal agresión sufrida en las generales, que el posgrado en Harvard de Casado no fue un curso de cuatro días en Aravaca, sino el curso del Extasis en el colegio escocés de habilidades mágicas de Hogwarts. Según sople el viento urneo, Casado, sitúa a sus criaturas en uno u otro lugar del universo político. Ahora se encuentran en el centro galáctico liberal gracias al buen quehacer de la varita houdiniana. Todo parece indicar que el viaje desde la derecha ultraconservadora hacia el centro virtuoso, en el supuesto de que los hechos confirmen el propósito, tiene billete de regreso; pues el hombre, cuando le falta criterio firme, es el único ser emocional que tropieza dos veces, incluso tres o más, en la misma piedra.
Lo que no está nada claro es si la debacle electoral puede ser atribuida en exclusividad al novicio debutante o, por el contrario, la situación ruinosa tiene la paternidad de otros sujetos ideológicos acorazados, unos, tras las ondas de radio; diluidos, otros, en forma de tinta deletérea y emboscado, aquel, tras la falacia de la brillantez histórica y la pertinaz y esperpéntica petulancia. El caso es que unos y otros, ninguno expuesto a la inclemencia del sufragio excepto el joven Casado, condujeron a la organización conservadora hacia la derrota más dolorosa. Mientras, las bases populares que habían apostado por la sucesión natural, ven pasar los féretros de aquellos congresistas vacíos de apoyo ciudadano. No hay nada más eficaz que jugar a la contra con las bases y simpatizantes de una organización política para que dé comienzo su vía crucis particular a través del desierto.
Pero estos movimientos de traslación, aunque sin salir del centro, ya tuvieron un ingrato final en los albores de este período democrático. A la extinta y cainita UCD de Adolfo Suárez, diluida entre lo que más tarde sería el bipartidismo exclusivista, le sucedió el siempre indeciso CDS, nacido, criado y enterrado por los apresurados bandazos en corto del presidente que propició los pactos de La Moncloa y capitaneó una Transición temblorosa hacia la España que hoy conocemos. Quien olvida la historia está condenado a repetirla.
Tantas idas y venidas, tantas vueltas y revueltas, quiero amiga que me diga: ¿son de alguna utilidad? La primera respuesta, después de las autonómicas y municipales.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo