El fraude científico sale barato en Asturias, y hasta se aplaude
No entiendo lo de López Otín.
Le han pillado cometiendo fraude en, que se sepa, 9 publicaciones. Un fraude flagrante y obvio, que yo misma he comprobado en PubPeer sin ser de mi especialidad. Copia y pega imágenes y las hace pasar por lo que no son, con toda la intención. No sólo un fraude; un fraude torpe, simple, infantil y burdo. O lo hizo él, u ordenó a otra persona hacerlo, o consintió que uno de sus empleados lo hiciera, o falló en hacer su trabajo supervisando las investigaciones y los artículos. Eso ya no lo sé, pero sea como fuera, él falló en su responsabilidad y el resultado es algo peligroso, abyecto y dañino para la comunidad científica y, por tanto, para la salud pública.
Es algo sencillo: como cuando se descubrió que Lance Amstrong se había dopado para correr el Tour. ¿Era un gran ciclista capaz tal vez de ganar sin doparse? Tal vez, pero lo pillaron, se los quitaron todos y solo apareció en televisión para salir llorando y pidiendo perdón.
Eso está fuera de toda duda y sobradamente probado. No es el objeto de esta carta.
En el país en el que vivo actualmente, Noruega, ha sucedido algo más o menos similar aunque mucho más pequeño en dimensiones y profundidad: una publicación ha resultado ser fraudulenta. ¿Qué ha sucedido en esa ocasión?
1. Se reunió a los implicados.
2. Se despidió al investigador responsable que había manipulado las imágenes (de una manera mucho más sutil).
3. El jefe de grupo pidió perdón en público ante todo el centro de investigación.
4. Se le dio unos meses para rehacer la investigación y presentar las pruebas correctamente.
5. Cuando los meses pasaron y no aparecieron ni los datos en bruto antiguos, ni se pudieron reproducir unos nuevos, se le obligó a retractar la publicación, cosa que quedará marcada en los currículos de todos los implicados.
6. El jefe no volverá a conseguir financiación en ese campo. Ya veremos en otros.
Esta y otras muchas, señores y señoras, es una de las diferencias entre un país con unas I+D competitivas y una provincia que se sigue arrodillando ante el señor cura, el boticario y el alcalde.
Ahora pongo la televisión y me encuentro en la TPA a López Otín, al cual ni han despedido, ni han quitado el proyecto, ni han obligado a pedir perdón públicamente, ni... absolutamente nada. No solo no entona el mea culpa, sino que encima le hacen la entrevista ¡como a una víctima! ¡He escuchado cómo este ego bípedo con las gónadas de titanio se permitía el lujo de compararse a sí mismo con las mujeres acosadas o maltratadas! ¡Y nadie de la Universidad lo pone en su sitio! ¡Nadie! Camaradería de caciques universitarios en todo su esplendor.
Doctor López Otín, de parte de alguien que sufrió a un acosador durante dos años sin haber cometido fraude ni nada parecido:
Si no va a admitir su culpa y bajar la cabeza como corresponde para que al menos los científicos jóvenes aprendan algo de esto, ¡váyase a uno de esos laboratorios con tan poco rigor que aceptan el dinero de los proyectos de un científico fraudulento! ¡Y no vuelva!
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