Las complicadas elecciones en la Cámara de Gijón

Desde hace ya bastante tiempo la prena se está haciendo eco de las ya famosas elecciones para la Presidencia de la Cámara de Comercio de Gijón y mucho más se acentúa la noticia una vez producido un empate a 24 con un voto en blanco y una ausencia.

Soy miembro del pleno en el epígrafe de Hostelería de los dos que corresponden y unos de los cincuenta que he de emitir mi voto el próximo día 5 y vocal en el anterior pleno de la Cámara durante los dos últimos años. Y ya está bien de la cantidad de presiones que muchos de nosotros estamos recibiendo para elegir a un nuevo presidente, y más en estos últimos días.

Personalmente he tenido una gran cantidad de intercambio de impresiones con los antiguos que nos quedamos, los nuevos, los salientes, etcétera, que de verdad con total independencia de mi voto me siento obligado a romper una lanza a favor de Luis Arias de Velasco. Por las razones que seguidamente paso a exponer y que muchos no conocen y que otros se las callan.

En el pleno anterior fui vocal en sustitución de Roberto Bercianos y durante este tiempo todo se aprobó por unanimidad con la única excepción de una vez un voto que tenía su parte de razón. Se consiguió un vocal más para la Asociación de Hostelería. Don Luis entendió que en el siglo XXI el tejido empresarial de nuestra ciudad había cambiado y que la Cámara no debía ser un coto cerrado con empresas con mucha representación en la misma pero con poca actividad. Ya había muchas más empresas, son pequeñas pero que estaban cambiando el citado tejido eran y son y somos muchos pocos. Las pequeñas pymes y autónomos asociadas a la Unión de Comerciantes, las de la Asociación de Hostelería, etcétera (seguramente Valentín o yo no estaríamos para defender los intereses de nuestros asociados). También entendió y vio que la Cámara funcionaba por inercia y que si todo seguía igual, también sería más fácil para él.

Pero entendió también que no debía ser así y comenzó a estructurar y reestructurar con conceptos y parámetros meramente empresariales, sabiendo lo que iba a conllevar el enfrentamiento de personas y empresas que no querían cambiar su status. Parece ser que a esto se le llamó malos modos y formas. No sé... pero que ahora se llame malos modos y formas a algo que nadie quiere, el quitar o modificar a trabajadores y proveedores para rentabilizar es algo que no comprendo, y además utilizándolo como arma arrojadiza. Mal, muy mal, no es justo sin haber estado allí.

Y… en toda lucha o pelea aunque se gane no se sale ileso, y eso le pasó a don Luis, que lo más fácil hubiera sido no hacer nada, quedaría de maravilla con todos y no se hubiera producido ninguna alternativa a la presidencia.

Por eso si me lo permiten y me publican este escrito quisiera decir a los cincuenta que el día 5 que iremos a votar lo hagamos con total independencia, guiándonos con conceptos de empresa, que la Cámara tiene que ser rentable, que no es una empresa de caridad que las cuotas y ayudas desaparecen, las primeras por cierre de empresas y las segundas por las crisis, que lo sabemos y que nadie nos lo tiene que decir, que tenemos criterio propio.

Estas han sido las razones que me han movido a romper esta lanza a favor de don Luis, que repito que tengo criterio propio, que mi voto se va a regir por criterios meramente empresariales, sin ningún afán de protagonismo, siempre a favor y beneficio de los asociados que represento. Y si antes del día 5 don Félix presenta un programa, dice lo que va hacer, convence, mi voto para el mejor, no es un voto a ciegas.

Y para entendedores, cuando Nicolás Redondo a través de su sindicato quería manejar el Gobierno de entonces, creo que le dijo Felipe González que se presentase a las elecciones que de caballo blanco nada, bueno esto último creo que no lo dijo pero se entiende mejor.

Ha habido tal cantidad de presiones que algunos empresarios teniendo ya decidido su voto, que no nos olvidemos es secreto, se vieron obligados a decir que votaban al contrario.

No sería mucho mejor ahora con el empate que don Luis acabe su proyecto, don Félix entra de vicepresidente, empieza a conocer los entresijos de la Cámara y a los cuatros años es presidente electo y con toda seguridad por unanimidad, y una vez en la presidencia, por su edad, se puede volver a presentarse, cosa que no puede hacer don Luis. Y no lo que dice el Consejero, dos años cada uno, a qué tanta prisa, me hace desconfiar.

No sé exactamente lo que dice el reglamento de la Cámara, pero haciendo caso al Consejero puede ocurrir. Dos años ahora, cuatro después y otros cuatro para la siguiente suman un total de 10 años, no se hará eterno. D. Félix, qué hará con todos los puestos que prometió, va a dejar muchos heridos, no hay para todos.

Don Luis, desde el principio, ha tendido la mano, me consta que ha pedido altura de miras a los que iban a ser su junta, que incluso ganando les pidió que algunos se iba a caer (ya que para la Cámara no era bueno los enfrentamientos) e iba a integrar en su ejecutiva a personas afines a Vd., D. Félix incluido, Vd., dígame, también lo iba hacer.