La Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes de Oviedo
"Este agua curará", le dijo la Virgen a Sta. Bernardita. Y no paró de obrar milagros. No obstante, la mayoría de las personas acuden, no buscando la salud corporal, sino buscando la gracia para el alma y la fortaleza para llevar la cruz de la enfermedad. Pues, en mis peregrinaciones a Lourdes, he visto a todo tipo de enfermos acudir con gran devoción y volver ilusionados, a pesar de tener que seguir soportando el peso de su enfermedad. Tanto enfermos como los familiares que de ellos cuidan, regresan plenos de gracias y alegría. De lo cual, tiene mucha culpa el ambiente en que se desarrolla toda la peregrinación. Todo es alegría, buen humor, oración, recepción de Sacramentos y meditación. Y, sobre todo, aceptación. Aceptación incondicional del enfermo y de la enfermedad como instrumento que usa nuestro Dios para enriquecer la vida de las almas y atraer a todos hacia Él. Aceptación de la enfermedad que es aceptación plena de la persona, donde no cabe la renuncia ni mucho menos el asesinato de esas personas que se detecta en el embarazo que vienen "mal" según el informe médico y que según la interpretación de sus padres vienen "plenas" para amar durante toda su vida y no cometer pecado alguno. Desde aquí les doy las gracias a todos los que participaron en la última peregrinación de la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes, del Obispado de Oviedo, por esos días tan felices que compartimos.
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