De la épica al absurdo
La línea que separa la genialidad de la chapuza es una fina tela de araña que ni se ve ni se nota. Dos acciones idénticas, derivadas de motivaciones distintas, suelen tener consecuencias radicalmente opuestas. No podemos predecir la reacción que nuestros actos pueden provocar en los demás. Sin embargo, cuanto más ambicioso sea nuestro objetivo, más posibilidades tendremos de fracasar. Algunos actos humildes suscitan reacciones insospechadas, capaces de mover, e incluso de crear, montañas. El 23 de septiembre de 1997 Miguel Prieto (directivo de la ONCE, natural de Sama, aficionado al ciclismo, prácticamente ciego) envió una carta a los responsables de UNIPUBLIC proponiendo la subida L'angliru como final de la Vuelta Ciclista a España. Detalló las características técnicas y la dureza de la ascensión que él mismo comprobó después de que el Ayuntamiento de Riosa asfaltara un camino de cabras para el uso de los ganaderos que suben sus rebaños hacia los pastizales del Aramo. Estas dos modestas acciones derivaron acontecimientos de sobra conocidos. Algunos lucrativos. Otros muy bellos, protagonizados por los millares de deportistas aficionados que se han impuesto la subida como un reto. Pedalada a pedalada, zancada a zancada, en un esfuerzo épico que coronará multitud de biografías anónimas dentro de un espacio natural incomparable. Y aquí está la verdadera esencia del deporte. Y la poesía de esta ascensión. El mismo Ayuntamiento construirá a partir de mayo un museo de la bicicleta en el Angliru. Un ambicioso proyecto de tres millones de euros financiados con fondos mineros y aportaciones del Principado de Asturias. El alcalde de Riosa reconoce en declaraciones a este periódico que aún no sabe el contenido que tendrá este museo. Mal empezamos. ¿No será este plan una prueba más de nuestro ancestral grandonismo? Ojalá me equivoque, pero en una década la hierba crecerá indómita por las paredes de un museo abandonado, recubriendo una pieza más del parque temático en que estamos convirtiendo nuestra región. Será entonces cuando alguien nos recordará la épica de los actos que dieron lugar a este absurdo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo