Chicas haciendo de padres; pero no es un juego
Me refiero a la noticia de las lesbianas de Avilés que consiguieron con dudosa legalidad mundanal tener un bebé con los espermatozoides comprados a un banco de fertilidad que fecundó el óvulo de la mujer-padre y que se desarrolló en el útero de la mujer-madre. Me parece una verdadera aberración y hasta un asesinato de la dignidad humana –si no fuese por la nueva vida– en todo el proceso. Y me lo justifica en parte un pequeño detalle que, a simple vista, puede pasar desapercibido: tuvieron graves problemas para colocar el orden de los apellidos, cuando lo natural es que sea el del padre el que vaya delante. ¡Pero, en fin, es una locura todo el proceso! Desde la muerte de verdaderos seres humanos (óvulos fecundados que no sobrevivieron), los espermatozoides de padre desconocido que vendió su esperma masturbándose por dinero, etcétera.
Pero para mí lo más importante de todo el proceso es la privación de la figura paterna al bebé. ¿Ustedes saben el daño psicológico que representa para un niño/a crecer en un ambiente donde no tiene la referencia de la figura masculina –en el caso de las lesbianas, en el de los gais la materna–? ¡Yo tampoco!. Y, aunque soy psicólogo, especialista en psicología clínica, esta mi ignorancia –que se podría, sin duda, llenar con hipótesis y con hechos vitales parecidos (estudio de niños que se criaron sin padre, con una madre y una tía)– tardará años en solucionarse, pues en los casos anteriores nadie quiso suplantar al niño la figura paterna –la tía no le decía que era su padre y a éste lo conocía por fotos y/o escritos, vídeos, etcétera. Incluso siendo hijo de soltera y no sabiendo nada de su padre, en lo más profundo, siempre le queda al niño la imaginación para jugar a saber cómo era papá y, además, siempre hay otros referentes en la familia, en el mejor de los casos: tíos, abuelos, primos; si no, amigos, etcétera. Pero al niño siempre le quedará la opción, al menos, en el peor de todos los casos (no tener ninguna referencia masculina), de pensar «yo quiero ser como este actor, cantante, futbolista...» Pero este niño va tener siempre delante de él un espejo que le diga que su papá es lo contrario de él, su sexo opuesto, y se lo va a tomar muy en serio porque verá cómo desempeña su rol y cómo hace de pareja de su mamá... ¿Cuál será la imagen que le venga devuelta a su psiquismo de este espejo –su papá femenino– a este niño y qué imagen le formará de sí mismo en su personalidad? ¡Con los años lo sabremos puesto que, por desgracia, para esta democracia convertida en ingeniería social, las personas somos experimentos! ¡Buenas tardes y que tengamos mucha pero que mucha suerte –que falta va a hacer–! ¡Que para experimentos de este tipo que no son con gaseosa hacen falta algo más que tener un presidente de Gobierno al que se le den clase, dos tardes, de ética, otras dos de embriología, otras dos de psicología, otras dos de sociología, otras dos de moral, otras dos de catecismo y otras dos de anticinismo y antimasonismo y dos de la doctrina de Cristo que contiene en sí toda la sabiduría necesaria para gobernar; además de si ZP decide confesar sus culpas ante un sacerdote representante de Cristo obtendría lo que los teólogos llaman gracia de estado para desempeñar sus funciones. Y digo esto último lleno de orgullo, porque ante tanta aberración –crímenes abortivos, perversión y prostitución de nuestros jóvenes, rupturas familiares con la consiguiente violencia de parejas etcétera–; ante este terremoto, maremoto y huracán; ante esta putrefacción general, los cristianos debemos dar la cara por Cristo. Como dice la Virgen de los Dolores en El Escorial Sierra de Madrid –donde viene apareciéndose desde 1981 hasta nuestros días junto a su Hijo Jesús–, «No os avergoncéis de hablar de Cristo (...) Todo el que niegue a Cristo en la Tierra, los ángeles le negarán ante el Padre (...) (mensaje de N.ª S.ª de los Dolores del 15 de septiembre de 1983, el día de su festividad. Hay que aclarar que al principio de las manifestaciones éstas eran mucho más frecuentes, para ir espaciándose poco a poco hasta llegar a ser siempre los primeros sábados de mes, aproximadamente desde 1985).
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